jueves, 31 de diciembre de 2015

Nochevieja





Todavía no ha terminado 2015 y Correos ya anuncia una subida del 7’14 % en sus tarifas de franqueo ordinario. Luego compraré un sello y le diré a la estanquera que me quite el precio, que es para regalo. Ahora comprendo la razón por la que ya nadie envía felicitaciones en Navidad donde siempre se añadían los buenos deseos con aquello de “próspero año nuevo”. Lo de “próspero” al referirse al año nuevo, como lo de “pertinaz” al hacer referencia a la sequía, se convirtieron en dos coletillas muy utilizadas por los españoles desde los tiempos de Franco. La prosperidad siempre brillaba por su ausencia y la pertinaz sequía se intentaba mitigar sacando a los santos patrones de los pueblos en procesión implorando lluvia. Eran unas manifestaciones piadosas muy raras, al estilo de la que se ve en las filmotecas cuando proyectan  “Las noches de Cabiria”. También, para disipar nubes tormentosas que amenazaban granizo, se utilizaban unos cohetes que estallaban en las nubes, de la misma manera que para evitar que los frutales en flor se frustraran por culpa de las heladas, a los agricultores les dio por quemar neumáticos por las noches en la época de los 60 y 70, que más tarde sustituyeron por estufas, que contaminaban menos. La fe mueve montañas, pero los santos procesionados y las rogativas por estrechas callejuelas eran lo más parecido a un ataque a la inteligencia. Como ejemplo, se sabe que hubo treinta y cinco traslados desde Cueva Santa a la localidad de Segorbe, entre 1627 a 1992. En una de aquellas comitivas pías se creó y difundió la conocida tonadilla “Que llueva, que llueva…la Virgen de la Cueva”, mas tarde  inmortalizada en la zarzuela “El año pasado por agua”, de Chueca y Valverde. ¿Recuerdan? En un momento dado, el coro se pregunta sobre qué sastre le habrá hecho el traje a Neptuno y dudan si éste lo habrá pagado: “Grandes pescados habrá por allí, /pero mayores los hay en Madrid, / Hay tiburones que de un coletá… /casi derrumban el Banco de Espá… / Hay ballenatos de tal magnitud, / Que se asusta de verlos Neptú. / Y hay perecí /como el coral, /que son más listos / que Ducazcal”. El referido Felipe Ducazcal era por aquellos días de 1889 el dueño del madrileño Teatro Felipe, en los Jardines del Buen Retiro. También fue el impulsor de la Partida de la Porra, que daba palizas a carlistas y moderados. Fue protector del perro Paco y en cierta ocasión retó a pistola a Paúl y Angulo en sustitución de  Juan Prim. Una bala del contrario se le alojó en uno de sus oídos y años más tarde fue la causa de su muerte. Sólo tenía 46 años. En fín, hoy se acaba 2015  y no tenía cosas mejores que contarles. ¡Feliz año peor!

miércoles, 30 de diciembre de 2015

El tahonero Exuperancio






Exuperancio Véspora Navascués, soltero por vocación, siempre aparecía por casa a eso de las diez de la noche. Aparcaba la bicicleta en el porche de la entrada, tocaba el timbre y, cuando le abríamos la puerta, saludaba con un “a la paz de Dios”. Exuperancio Véspora Navascués nos transmitía con su mano el frío que hacía en la calle y nos adelantaba que esa noche iba a caer una helada tremenda. La noche estaba rasa y estrellada. Siempre acertaba con su pronóstico. Le invitábamos a que se sentase en una silla y a que permaneciera en silencio mientras veíamos la televisión. Pero la televisión no se veía todos los días. A veces se movía la antena por el viento y sólo aparecía nieve y ruido sobre la pantalla. Mi padre decía que el cierzo habría tirado el espejo de La Muela. Mi padre llamaba espejo al repetidor que mandaba la señal al valle del Jalón. Pero a Exuperancio no le importaba demasiado que esa noche no se viese la televisión. Exuperancio sólo hacía tiempo a que comenzase su labor de panadero, que era las dos de la madrugada. Mis padres se iban a dormir y a mí me tocaba estar con él hasta que éste decidía marcharse. Y así un día tras otro. Llegaba un momento de la noche en el que yo, derrotado por el sueño, me acomodaba en el sofá y cerraba los ojos. Pero Exuperancio tomaba una revista y leía los ecos de sociedad. Corría 1961. Cuando al fin se marchaba, rayando la una y media de la madrugada, se iba muy instruido sobre una cena de gala con Rainiero de Mónaco como protagonista, la evacuación de Leopoldville por las tropas belgas, la concesión del Premio Nobel de Física al doctor Donald A. Glaser, la llegada a España de los reyes de Tailandia y el triunfo de Sarita Montiel en el Teatro Avenida. Sobre las doce y media de la noche retumbaba toda la casa al paso del expreso Costa del Sol a toda velocidad. Exuperancio Véspora Navascués era miembro de Acción Católica, estaba apuntado a la Adoración Nocturna en la parroquia y tenía una hermana monja. En la solapa de su chaqueta siempre llevaba una insignia de nitrato de Chile. Algunas noches nos traía una botella de vino rancio de las que ponía en el tejado para que le cambiase el color. No había modo de beber su contenido rancio y desagradable y al final siempre terminaba en la basura. Pasados unos días, Exuperancio nos amenazaba con traer otra botella. Todos los de casa nos mirábamos de reojo y callábamos como si hubiese pasado un ángel. Y a los pocos días aparecía con otra botella del mismo vino rancio y del mismo tejado. La dejaba sobre la mesa de la cocina y entraba en el cuarto de estar dispuesto a ilustrarse con las revistas que tuviese a mano. Igual le daba Hola, Diez Minutos, Jano o Minutos Menarini. La cosa era ponerse al día. El New York Daily News informaba en un telegrama fechado en Roma que “es posible que el rey Balduino de Bélgica abdique a final de año, para convertirse en monje trapense”. A Exuperancio Véspora Navascués le pilló un camión de gaseosas echando marcha atrás y lo facturó al hospital. Aquello fue como un escarmiento. No murió, pero desde entonces existió menos. Algún domingo por la tarde iba a visitarle a su casa. Y allí estaba, sentado en un sillón de mimbre escuchando un picú o leyendo el horóscopo del 7 fechas. En el tejado de su casa dormían las botellas de vino el sueño profundo de un  faraón en la pirámide. Por la calle domingueaban todos los caudillos agrarios camino del Ideal Cinema con cierta presteza para no perdese el No-Do.

martes, 29 de diciembre de 2015

Los zapatitos blancos




MARTITA es menuda, de ojos verdes y amplia sonrisa. Postrada en cama por cruel enfermedad mira aburrida y resignada las paredes de su dormitorio. Están colmadas de muñecas mulatas, cacharros para hacer comidillas y lápices de vivos colores. Sobre el radiador tibio, el molinillo de cartulina que le hiciera papá una tarde de otoño marrón. Sueña con muñecos de verdad y ansía sanar para poder salir al campo y volver a sentir palpitar la vida, correr por los prados, tomar mariposas azules y blancas, oír el canto de la oropéndola en la rama de manzano, sentirse como antes de fuerte y chapotear en los charcos los días de lluvia y sol en los que el arco iris abraza la atardecida.
            Hoy cinco de enero un rayo tenue penetra por la ventana de su alcoba. Fuera, el frío corta el paisaje.  Desde su camita se ve el jardín y junto a la ventana un desnudo árbol mueve sus ramas al viento. A veces una alondra distraída se posa un instante. A Martita le agradaría abrir la ventana y que la alondra entrase en su habitación para que le hiciera compañía y le contase si los arroyos seguían allí, donde siempre habían estado, si el año nuevo traería nuevos sueños o si los Reyes Magos ya estaban muy cerca.
            Los zapatitos blancos que llevó en su Primera Comunión han sido colocados por mamá a la intemperie, cerca de donde se posa la alondra, con unos granos de trigo dentro por si al llegar la noche los caballos regios tienen hambre.
            Me traerán, piensa, la muñeca que anda y llora, la cocinilla, muchos cuentos y golosinas...
            Sus ojos se han encendido de esmeralda y nácar. Está pálida de luna y sus manitas desnudas sostienen una caja de música. De vez en cuándo abre la briosa tapita gris y comienza a sonar “Para Elisa”. Se queda muy seria y una lágrima de vida se escapa silenciosa del fondo de sus ojos misteriosos.
            Al asomar la noche aumenta la fiebre. Mamá la acaricia y Martita se siente protegida.
            --Mamá, ¿A qué hora vendrán los Reyes?
            --De madrugada, hijita, cuando duermas...
            Amanece y la alondra vuelve a posarse un instante en el árbol desnudo. El relente empaña los cristales de la alcoba. Martita agoniza.
            --¿Tengo frío! Cógeme la mano muy fuerte. Creo que ya oigo cabalgar a los Reyes Magos.
            --Sí, mi vida...
            --Se ha marchado la luz. No veo.
            La cara de Martita se ha iluminado. Sonríe y se queda dormida. A su alrededor todos lloran. En el jardín llueve a cántaros.

Los muertos lo aguantan todo





Dos noticias curiosas acaparan hoy mi atención: una de ellas es la muerte de un hombre en la ciudad alemana de  Schöppingen, al hacer detonar un dispensador de condones en un  intento fallido de llevarse el dinero contenido en el cajetín; la otra, que Javier Maroto, el de la moto, es partidario de expulsar del Partido Popular a Pedro Gómez de la Serna, diputado electo por Segovia,  por presunto cobro de comisiones. ¿Acaso está imputado?  Al vicesecretario de política sectorial del PP lo que le gustaría, a mi entender, es que De la Serna le cediese a Maroto la credencial de diputado electo que éste no pudo conseguir en las urnas. Ahora Maroto se entera de que en su partido político hacen falta conductas ejemplarizantes y pretende ponerlas en práctica. Pues tiene tajo. Ha dicho en ese sentido que “en la vida, además de serlo, hay que parecerlo”. Lo que no ha dicho es qué. Si se refiere a ser tonto, por ejemplo, se es tonto sin necesidad de parecerlo, si hacemos caso a Baltasar Gracián cuando afirmó que “es tonto todo el que lo parece y la mitad de los que no lo parecen”. Al vicesecretario de política sectorial del PP, a Maroto el de la moto, habrá que cantarle “La murga de los currelantes”, al estilo de Carlos Cano,  por ver si se entera de lo que vale un peine, o de lo que acontece en Jumilla, en Bubierca, en Coreses y en los Páramos del Cerrato: “¡Maroto! siembra la tierra que no es un coto /  ¡Falote! que ya'sta bien de chupar del bote. / ¡Ramón! hay q'acabar con tanto bribón / pos le vamos a dar el tran lacatrán pico pala /  -¡chimpón!- y a currelar parabán parabán parabán pan pá…”. Existen otras noticias chocantes que dejo para mejor ocasión y columnas que no tienen desperdicio. Cuenta  Juan José Millás en El País: “Habían ido los dos, Rajoy y Suárez Yllana, a hacer campaña en Ávila como un par de compinches que se alían para llevar a cabo una trastada. Conociendo al vástago del expresidente de la UCD, que hace la pelota a todo el mundo, suponemos que llamaría él a Rajoy para proponérselo: –Oye, Mariano, a la gente le gusta el centro, y yo, en tanto que hijo del Rey del Centro, soy el heredero de ese espacio político. ¿Por qué no nos vamos de mitin a Ávila y jugamos un poco con la memoria histórica de mi padre?--. Y allí que se presentaron, rodeando la estatua del dirigente histórico como si hubiera acudido a la reunión por voluntad propia. (…) Los muertos lo aguantan todo, incluido el corte de pelo a navaja”. ¿Qué pasará el próximo día 13? Se abrirá la Legislatura, se mandará a Gómez de la Serna al Grupo Mixto y se presentará la candidatura de Rajoy como el milagro de un nuevo crecepelo.




lunes, 28 de diciembre de 2015

Pollo en salsa verde





Antonio Burgos, en su artículo de ayer en ABC, además de insultar a todo el que no piensa como él, confunde a Felipe VI con el Copríncipe de Andorra. La figura de coprincipado está recogida en el Título III, de los artículos 43 al 49 de la Constitución del Principado de Andorra de 1993. Y corresponde al presidente de la República Francesa y al obispo de Seo de Urgel. Pero Burgos tanto menea el incensario en defensa de un rey, el rey de España, que no necesita de su defensa, que se marea con el humo del incienso. ¿Para qué tanta coba? Porque sólo a un ahumado como él se ocurre decir: “A la chusma le molesta que el Rey hable desde Palacio, desde la Historia de España, donde, en frase indeleble de Vázquez de Mella, ‘la Monarquía tiene el respaldo del sufragio universal de los siglos’. Quieren al ‘ciudadano Felipe de Borbón’ en una VPO, vamos. (…) Pues nada: para esta chusma tricolor es indecente que el Rey se dirija a todos españoles (incluidos ellos, mal que les pese) desde ‘un símbolo de nuestra Historia’? ¿Eso es lo indecente? ¿Y no es indecente cometer delito de perjurio contra la Constitución que prometieron cumplir y hacer cumplir? Y la sedición continuada y por entregas, ¿no es indecente? Hombre, ya puestos en indecencias: ¿son acaso decentes esas camisas negras que huelen a mugre y a sudorina hasta cuando las vemos desde el televisor de la salita, que parecen el uniforme del partido y que todos llevan, de Junqueras a Tardá? ¿Camisas negras? ¡Lagarto, lagarto! Camisas negras eran las de uniforme que usaban los fascistas de Mussolini…”. Por cierto, lo que dice que dijo Vázquez de Mella respecto a la Monarquía se me antoja una solemne estupidez. Vázquez de Mella fue, entre otras cosas, carlista y fundador del Partido Católico Tradicionalista, que celebró su primer acto público el 11 de agosto de 1918 en el Casino de Archanda desde donde propugnaba los ideales de tradición, catolicismo, patria y monarquía. Los mismos rancios ideales que, según se desprende de su artículo de ayer, “VERDE y en Palacio”,  propugna Burgos. Y pone la guinda al pastel: “! Qué mosqueo han agarrado, Dios mío de mil alma, con la valiente defensa de la Unidad de España y de la vigencia de su Constitución que hizo el Rey! Lo llaman "ciudadano Felipe de Borbón". ¡Qué rancios! Eso suena a Pilar Rahola y a su tinte rubio. O a Revolución Francesa, que es más antiguo todavía. Que se chinchen los camisas negras, pero la mayoría nos quedamos con el V.E.R.D.E. de Viva El Rey de España. Y en Palacio”. ¡Toma ya! A Burgos le recordaría, otra cosa es que llegase a entenderlo, que gracias a la Revolución Francesa el país vecino, o sea, Francia,  es una República laica que nos lleva años de adelanto.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Aquelarre filológico





Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, echa pestes sobre la reproducción in vitro, que ha calificado de “aquelarre químico de laboratorio”. Pues nada, yo le diría a ese iluminado pastor de almas que gracias a esa técnica reproductiva muchos padres son felices, al poder tener un hijo que de otro modo hubiese resultado imposible. Yo no sé a qué se debe esa obsesión de sacerdotes, obispos y resto de la curia sobre todo aquello que está relacionado con la Obstetricia y la Ginecología. Les podría haber dado, yo que sé, por la Papiroflexia o por la Geometría; pero no, a ellos lo que les produce morbo es meterse en las alcobas, en camas ajenas, entre las sábanas blancas y en medio de la pareja para que corra el aire, al tiempo de susurrarles al oído cómo deben practicar el coito, de qué postura, qué día, a qué hora, con qué luz y con qué musiquilla ratonera de fondo. Por otro lado, esos funcionarios del Cielo obligan a los católicos (utilizando la espada de Damocles del dogma de fe como exigencia) a creer que la Virgen María fue fecundada por el Espíritu Santo, y que fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Pero esas extrañas teorías de los doctores de la Iglesia, debidamente explicadas en el catecismo de Ripalda, no se corresponden con un “aquelarre químico de laboratorio”. Esa rara teoría, forma parte del credo y, por tanto, no tienen vuelta de hoja. Es, a criterio de los no creyentes, el resultado de una empanada mental del tamaño de King-Kong. Pero, aún así y todo,  los no creyentes profesan absoluto respeto hacia quiénes piensan de otra manera. Demetrio Fernández, en cambio, al no conocer qué se siente con la paternidad ni con la maternidad, utiliza la frase “aquelarre químico de laboratorio” a lo que debería interpretar como “milagro de la vida”, merced a las técnicas de reproducción asistida que tantas alegrías ha producido a parejas que, de otro modo, nunca hubiesen podido disfrutar de ser padres ni crear una familia, a la que todo ciudadano tiene derecho. En ese sentido, David Torres, en un artículo en Público titulado “El obispo les desea un feliz aquelarre”, señala: “…es del domino público que el dogma de la virginidad de la Virgen María proviene de un error de traducción del hebreo al griego. En el original hebreo la palabra con que se refieren a María es ‘ha-almah’ que se traduce por ‘joven’ o ‘muchacha’, pero al traductor griego le pareció poca cosa y prefirió escribir ‘parthenos’, que significa ‘virgen’ o ‘doncella’. Como la palabra hebrea correspondiente a virgen, ‘bethulah’, no aparece ni una sola vez en el texto original, resulta que la iglesia lleva ya dos milenios arrastrando un aquelarre filológico”. En resumidas cuentas, los aquelarres, aparte de los rituales satánicos conocidos, también están relacionados por el término hebreo sabbat, día de descanso obligatorio en la religión judía. Debido al prejuicio antijudío surgido en la Edad Media a partir de la expulsión  en 1492 por el Edicto de Granada, que partía de un borrador de Tomás de Torquemada, el término sabbat  fue asociado a la práctica de la brujería. Y ahora, el obispo de Córdoba, quinientos años más tarde de aquel inmenso error, confunde el culo con las témporas.

viernes, 25 de diciembre de 2015

"El barco"




Pasado mañana, 27 de diciembre, hará 79 años de la matanza en el barco-prisión Alfonso Pérez, fondeado en el puerto de Santander. En su interior se encontraban mi abuelo José Antonio y su hermano Juanito, que salvaron la vida casi de milagro. Mi abuelo José Antonio, hasta días antes cajero de la sucursal del Banco de España, había sido denunciado por el entonces director Eladio Villanueva García. Los datos que a continuación detallo están sacados del artículo SS Cantabria (1919) y recogidos por “El cuévano del Pasiego” (23/04/2011). Sólo haré referencia hoy a la historia de ese vapor al que en Santander llaman “el barco”. Pues bien, ese vapor fue construido en los astilleros J. Coughland & Sons  de Vancouver, Canadá, en 1919. Fue botado como War Chief y formaba parte de otros ocho barcos denominados Dollar. El barco, encargado por la Imperial Munitions Board, fue comprado en su viaje inaugural por la compañía de Ángel Pérez, cambiando su nombre a Alfonso Pérez. Pero aquel barco tenía el problema de su alto consumo y resultaba caro como mercante. Y esa fue la razón por la que permaneció largos periodos atracado en los muelles de Santander. Como consecuencia de la Revolución de Asturias, en 1934, al fracasar ésta y estar las cárceles españolas llenas de presos, se habilitó, entre otros, el Alfonso Pérez como prisión. Al comenzar la Guerra Civil fue utilizado nuevamente para esos menesteres. El 27 de diciembre de 1936 la aviación franquista bombardeó Santander, causando unos 70 muertos y 50 heridos. Al cesar los bombardeos llegó la venganza, con el resultado de 156 asesinados del barco en sólo unas horas. El 27 de febrero de 1937 cesó como barco-prisión. El 26 de agosto de 1937 soldados de la IV División Navarra y la División  Vittorio tomaron Santander sobre el mediodía. Se hicieron  17.000 prisioneros y muchos de ellos fueron fusilados de inmediato. Pero antes de ello, al ser requisado el barco por el Departamento de Navegación del Consejo de Santander, Palencia y Burgos, se le cambió el nombre por el de Cantabria, realizando servicios a favor de la República. El día 2 de Noviembre de 1938 el Cantabria navegaba por el Mar del Norte con destino Leningrado. A bordo iban 45 personas (33 miembros de la tripulación y 12 pasajeros), incluida la familia del capitán, Manuel Argüelles. Cerca del mediodía, el capitán observó que un barco parecía seguirles y, después de cambiar de rumbo varias veces, comprobó que el barco perseguidor era el Nadir, al servicio de los rebeldes. Pasado el mediodía el Nadir ordenó detenerse al Cantabria  y al hacer  éste caso omiso comenzó a disparar. En ayuda del Cantabria acudieron varios pesqueros que faenaban en esa zona, lo que hizo que el Nadir detuviese su ataque. Una vez los pesqueros se alejaron y el Cantabria volvió  a estar a tiro, el Nadir reanudó los disparos, destruyendo el puente del Cantabria a cañonazos. Rodeando al barco republicano, el Nadir siguió disparando cañones y ametralladoras, inutilizando el motor del Cantabria, que ya había denunciado el ataque por radio, lanzando un SOS. A las cinco de la tarde salió en su ayuda el bote salvavidas H. F. Bailey. Del Cantabria, en llamas, embarcó parte de la tripulación y de los pasajeros en sendos botes; no lo hizo el capitán Argüelles, su familia y el tripulante Joaquín Vallejo, que permanecieron a bordo al temer ser capturados por el enemigo. El Nadir dejó de disparar, pero continuó en las inmediaciones. Un mercante británico y otro noruego no se atrevieron a intervenir. Algunas unidades de la marina británica fueron enviadas para evitar que se realizasen ataques dentro de sus aguas territoriales. Otro mercante británico, el Pattersonian, que llegó en respuesta a su petición de socorro, se interpuso entre un bote salvavidas y el Nadir, que se estaba acercando, rescatando a once miembros de la tripulación. Los ocupantes del segundo bote fueron capturados por el Nadir. Ya era de noche cuando llegó el H. F. Bailey y rescató al capitán Argüelles, a su familia y a Joaquín Vallejo. Justo después se hundió el Cantabria, que se convirtió en la tumba de Juan Gil, la única víctima. El Nadir más tarde se llamaría Magurio e Isla Gomera (más conocido como Naranjito), respectivamente.  Desde que cambió de armador y adoptó su último nombre, sólo hacía labores de cabotaje. La noche del 13 al 14 de abril de 1946 naufragó y se hundió a una milla del cabo de Palos. Había salido días antes de Cartagena con destino a Barcelona llevando un cargamento de naranjas. La tripulación pudo salvarse.


(Fuente: elcuevanodelpasiego.wordpress.com)

Alunizaje





Hasta ahora, los alunizajes se producían en las joyerías. De hecho, muchos de esos negocios, alunizados en varias ocasiones, tuvieron que adaptar, además de la persiana, unos bolardos en las puertas de sus negocios por exigencia de las compañías aseguradoras. Pues bien, ahora los alunizajes ya no se producen sólo contra las lunas de los escaparates sino contra las puertas de las iglesias. Y así ha ocurrido en la madrugada de este jueves. Ayer contaba El Correo de Andalucía que “hacia las 4.30 horas, dos individuos encapuchados estrellaron su coche contra la puerta principal de la Parroquia de la Granada de Guillena, llevándose consigo después las coronas de la patrona de la localidad y del Niño. La escena fue detectada por una cámara cercana, en cuyas imágenes se puede apreciar que el coche utilizado es un Ford Escort. Este vehículo fue robado de un municipio próximo, según indica una denuncia reciente, Además del robo de estas dos joyas de plata dorada, las imágenes han sufrido daños. La Virgen se encontró en el suelo, con un dedo roto, y la talla del Niño tiene la cabeza dañada en el punto donde estaba fijada la corona”. Hasta ahí la noticia. Como puede comprobarse, por estos pagos la saña machista se produce hasta con las efigies. Pero esas cosas suceden por no custodiar debidamente el rico patrimonio que se encuentra en iglesias y templos. De las ermitas en descampado no digamos. Cualquier día no dejarán ni los ladrillos. A mi entender, coronar a las imágenes como si fuesen reyes de la baraja (que esas son cosas de Fournier, Vitoria) se me antoja como algo fuera de lugar. Las coronas, como los capelos cardenalicios, los fajines de los generales o los adornos con plumas ajenas,  son vanidades de este mundo. Siempre recordaré cuando siendo niño me llevó mi abuela a casa de unas señoras a las que tenía por muy ricas y que disponían hasta de oratorio en casa, para desde un balcón poder ser testigo de la coronación de la Virgen de los Ojos Grandes, patrona de Lugo. Y una semana antes, también lo recuerdo, tuve que hacer ensayos con la chica de servicio sobre cómo debería saludar besando la mano a esas señoras cuando entrase en su domicilio de la calle de la Reina. La respuesta de aquellas señoras tras mi saludo fue: “¡Qué mono, qué mono!”, y a mí me quedó una sensación rara,  poco natural. Aquellos actos aparatosos con el nacional-catolicismo de fondo, formaban parte, quiero suponer, del derecho consuetudinario de los ganadores de la guerra. Como doy por hecho que también lo sería la limpieza de las coronas de las vírgenes  con sidol coincidiendo con la fiesta de la Candelaria, que era el día en el que la gente de orden, que leía el ABC y deshojaba el taco calendario del Corazón de Jesús, desmontaba los belenes hasta la siguiente Pascua de Nacimiento.

jueves, 24 de diciembre de 2015

El Rey no tiene quien le invite





Parece curioso que Navarra haya decidido que el Premio Príncipe de Viana se entregue en 2016 sin la participación del rey Felipe VI. En consecuencia, tal premio debería desvincularse de la Corona, puesto el Principado de Viana, junto al de Gerona,  al Ducado de Montblanc, al Condado de Cervera y al Señorío de Balaguer pertenecen todos ellos al heredero de la Corona, es decir, a Leonor de Borbón Ortiz hasta que ésta llegue al Trono de España, que está por ver. Esos títulos (hábiles desde Carlos III) dotaban a su titular de una renta para su beneficio personal. Pero en este país no es necesario en la actualidad contar con esas prebendas, puesto que la actual princesa de Asturias ya recibe una asignación abultada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Por tanto sobran esas serpentinas carnavalescas trasnochadas que datan de 1512, cuando tras la conquista del Reino de Navarra por Castilla hubo esa transmisión. Ese Premio se creó en 1990 para reconocer a personas o a instituciones su labor en beneficio o fomento de la cultura. En ese sentido, la consejera de Cultura, Deporte y Juventud del Gobierno foral, Ana Herrera, ha dejado claro que ese Premio, que se entregará la próxima primavera en el Castillo de Olite (el año pasado fue en Leire), no tendrá una dotación económica sino carácter honorífico. Olite es, según la consejera, “el lugar que rememora mejor que ningún otro la vida y la obra del personaje que da nombre al premio, el premio de Navarra Carlos de Trastámara”. El Gobierno que preside Uxue Barkos también entiende que durante la ceremonia deberá interpretarse el Himno de las Cortes de Navarra en vez de la Marcha Real,  ya que a Barkos tal himno ante las tumbas de los Reyes de Navarra le parece un “salchucho”.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Rajoy debe marcharse





Ya se rumorean nuevas elecciones en primavera. “La Derecha noqueada, España ingobernable”, etc. Eso es como si a mitad de una partida, el que no lleva bazas pretendiera que se volviera a barajar por ver de cambiar su suerte. Mariano Rajoy, el gran perdedor dijo ayer, una vez conocido el resultado de las urnas, que intentará gobernar. ¿Con la ayuda de quién? Lo que desea don Tancredo es que haya “segunda vuelta”, es decir, nuevas elecciones para intentar recuperar los votos perdidos. O sea, quiere poner las normas de Francia para que aquí sigan gobernando unos tipos tocados por la corrupción más vergonzosa que hace cuatro años llegaron al poder, no por los éxitos propios, sino por el fracaso rotundo de Rodríguez Zapatero. Pretende, según se desprende de sus declaraciones, seguir haciendo leyes a su antojo amparándose en una mayoría absoluta “porque yo lo valgo”. La Derecha, que nunca supo digerir el triunfo del Frente Popular en 1936, que todavía no ha denunciado públicamente los crímenes  del franquismo, y que está formada, en gran parte, por los nietos de aquellos que enfrentaron a sangre y fuego a media España contra la otra mitad,  sólo aspiran a permanecer en el Poder haciendo de las suyas, que no de las nuestras, las de todos, o a permanecer, llegado el caso, en una cómoda Oposición mirándose el ombligo. Y cuando las cosas no les salen a su antojo, le trasladan la culpa de su incompetencia a la llegada de los partidos emergentes, que les han roto los esquemas por culpa de Venezuela y de los que queman conventos de madrugada.. Se vio ayer noche el talante del Gobierno ya en funciones, cuando la vicepresidenta Sáenz de Santamaría daba en TVE los datos oficiales del resultado de los comicios, desglosando a Podemos en varios partidos coaligados, de forma mezquina. Esos tipos de la derechona más reaccionaria, según se desprende de su talante, desean poner las normas de baloncesto en un partido de fútbol, o las normas del guiñote en una partida de tute habanero. ¿Por qué no separaron al PP del PAR o de UPN, por ejemplo? Javier Fernández Lasquetty señala hoy en Libertad Digital que “cuando se renuncia a los principios se marchan los votantes”. Ha quedado claro que Rajoy, ya sin mayoría absoluta, no sabe ni por dónde le sopla el viento. El PP, con sus 123 diputados electos, se deja en el camino a 63 diputados y el PSOE a 20, que pudieron ser más sin la ayuda de los andaluces y de los castellano-manchegos. Ahora,  según comenta hoy El País, “PP y Ciudadanos presionan al PSOE para que no bloquee la investidura”, es decir, que se abstenga. Pero Rivera, ese niño pijo que brotó de una petunia, ya ha dejado claro que se abstendrá para que gobiernen los populares y pide idéntica postura a Sánchez.  Pero, ¿cómo se come eso? Los números son los números. Y los números dijeron que el PP logró un escaño por cada 58.600 votos, mientras que IU necesitó 461.000. Eso no debería ser así ser en lo sucesivo y entiendo que debería corregirse tal sinrazón. Señala El Mundo en su editorial: “La derrota del Partido Popular pasará a los anales de la historia de la democracia española. Nunca un partido pasó de dominar la escena política española en términos nacionales autonómicos y municipales a perder su poder en los tres ámbitos tras ejercerlo durante una única legislatura”. (…) “Ni aunque el paro disminuya, ni aunque se siga creando empleo, ni aunque usted [Rajoy] haya conseguido que España no pidiera el rescate, ni siquiera aunque nuestro país sea el que más crece dentro de los grandes de la Unión Europea. Con usted no queremos seguir”. Es lo que hay.

viernes, 18 de diciembre de 2015

¡No es esto, no es esto!





Mal está el puñetazo que un pariente “no directo” de la mujer de Rajoy le propino a éste en Pontevedra. Un puñetazo con la izquierda que ha sido repetido por televisión más veces que Verano azul. El presidente del Gobierno no puede ser objeto del pim pam pum de un niñato maleducado. Desde entonces han corrido ríos de tinta en la prensa comentando el aparatoso suceso. Y las televisiones una y mil veces la bochornosa escena repiten. Ya está bien. La democracia no es esto, no es esto. El presidente está ileso y el menor de edad empapelado. No será necesario bombardear Pontevedra. Si les digo la verdad, son gajes del oficio: Prim, Canalejas, Dato, Carrero y otros presidentes corrieron peor suerte. Lo que nadie se esperaba era que tal puñetazo lo recibiese Rajoy en su tierra natal. Pero, como digo, por duro que parezca, tampoco se trata de la bomba del Liceo. Se ha armado un belén periodístico, tal vez exagerado. “El joven que agredió al presidente –cuenta hoy El País- entrará en un centro de menores”. Y el menor declaró en la comisaría de Marín. Alegó que le pegó “porque tenía dos sueldos”. Y el letrado defensor del muchacho cuenta que “sus padres son gente honrada y trabajadora”. Nadie lo pone en duda. Mañana es día de reflexión. Meditemos. Rivera (la esperanza blanca de los populares) ha dicho que “España irá peor con el PSOE y Podemos que con el PP”. Al fin se destapa el catalán. Merkel ya conoce por boca de Rajoy (que se ha cargado todas las previsiones macroscópicas al uso) su pronóstico sobre los resultados electorales del próximo domingo, y Alfonso Guerra cree que los españoles se arrepentirán si fulminan el bipartidismo. Pero, ¿este tipo no se había jubilado ya?  En fin, Rajoy confía en el voto de los jubilados, que sobrepasan los ocho millones; y en el voto de los conventos, que parece asegurado. Cuando termine el recuento de votos, esperemos que el dinosaurio ya no esté allí.

martes, 15 de diciembre de 2015

El lazo de Lambán





El bochornoso espectáculo que nos ofreció ayer por la noche Atresmedia fue lo más parecido aun combate de lucha libre entre Lambán y Ochoa en el viejo Salduba a finales de los 50. Ya al entrar, como llovía en Madrid, Rajoy caminó desde el coche oficial hasta el final de las escalerillas de la sede de la Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión escoltado por dos paraguas, como si entrase bajo palio. Se dieron la mano. Y llegó el debate. Sánchez a la izquierda del espectador, Rajoy a la derecha. En medio Manuel Campo Vidal, al que sólo le faltaba la pajarita. Como espectador, entiendo que si ese rifirrafe se hubiese producido sin color en los aparato de la tele nos habríamos retrotraído a cualquier otro debate de hace treinta años. Campo Vidal no moderó nada. Miraba hacia un lado y hacia el otro de la mesa como si estuviese asistiendo a un partido de tenis. Rajoy acusó a Sánchez de mentir cuatro veces seguidas en minuto y medio; discusión sobre el rescate a los bancos y cajas; el sobado tema de las pensiones (las encuestas señalan que los ciudadanos de más de 65 años se escoran a la derecha a la hora de depositar el voto), el Fondo de Pensiones que se agota; la necesidad de un pacto educativo para una generación; el derecho de las mujeres a ser madres; Sánchez acusó a Rajoy de “no permitir que las mujeres sean madres”; Rajoy, descolocado, le pidió explicaciones; el golpe bajo de la corrupción; Sánchez le dijo a Rajoy que no era un político decente: Rajoy, indignado, le llamó “ruiz”, ruin, mezquino y miserable; el tema catalán: se culpó a Rajoy del aumento de los independentistas; Sánchez llamó mentiroso a Rajoy cuando éste señalaba que estábamos a la cabeza del crecimiento de Europa; la “carta de una vecina”; el malestar por el voto rogado fuera de España, ¿por qué no hicieron una moción de censura?…., uf, ¡demasiado para el cuerpo! Resultado final: empate técnico. Más tarde, preguntas a Rivera y a Iglesias y análisis del debate. Hubo un descanso técnico a mitad del “combate” para poner publicidad. Los líderes de los dos partidos en liza recibieron consejos de sus asesores. Imagino lo que les dirían: a Sánchez, “leña al mono que es de goma”; y a Rajoy, “sé fuerte, Mariano”. La agresividad de Sánchez fue de libro. Parece como si le hubiesen puesto una inyección de hepal-crudo y  hubiese tomado dos cucharadas soperas de fercobre fólico. Rajoy, repuchado en su rincón, aguantó como pudo las acometidas de su contrincante, mientras uno de sus párpados se le caía como un telón de teatro cada vez que faltaba a la vedad. El domingo, posiblemente,  se acabará el bipartidismo y las mayorías absolutas. ¿Se abrirá el melón de la reforma constitucional? Espero que sí.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Rajoy y el "gorrilla" Marcelo





Ya pasaron las festividades en algunos pueblos de santa Bárbara, patrona de los artilleros, y de santa Lucía. Se terminaron las mascletás, los pitos, las flautas y llenar plazas de toros soltando mítines por las costuras como agua de fregadera tratando de influir en las voluntades, como hacía Platanito cuando llenaba las plazas con corridas nocturnas, con perdón. Queda lo que queda de semana y las encuestas cambian en horas, como la Bolsa, donde los poderosos del Ibex 35 están más pendientes de la remontada de Podemos que de la rara deriva del Bansander. Los sucesos de Kabul están poniendo nervioso al pusilánime Rajoy, que durante la siesta le vienen a la cabeza la tragedia de los trenes de Atocha y las mentiras de Aznar, y se encomienda al ángel de la guarda de Jorge Fernández Díaz, de nombre Marcelo, que dice ayudarle en las pequeñas cosas, como aparcar el coche. A veces vale más estar a bien con el “gorrilla” que a mal. Y de eso saben mucho los sevillanos. Y es que en las cosas de la vida, como sucedía en la puta mili, es mejor tener amistad con los mandos de galones que con los generales. Esos son los, a la postre, los que te pueden amargar la estancia en el cuartel.  ¡Anda, que no me han ayudado veces los bedeles de organismos oficiales y los celadores de hospitales! De hecho, cuando tuve afición a los toros, que ya no la tengo, y quería un autógrafo de un maestro de los ruedos, nunca se me ocurrió acercarme a la puerta de los hoteles y esperar a que regresaran los toreros de la plaza con el traje de luces ensangrentado y rodeados de sus subalternos. Lo tenía más sencillo con un amigo sevillano que actuaba de alguacilillo en el zaragozano ruedo de Pignatelli. Le pedía el favor a él y al día siguiente tenía la foto dedicacada, o sea. Como decía, Rajoy anda preocupado con lo de Kabul. Eso tiene mala pinta. ¿Atentaron contra la pensión aneja o contra la Embajada de España? Deberían decir la verdad. Y ahora, a Rajoy le ha salido el grano en el culo de Gustavo de Arístegui, forzado a dimitir como embajador con el argumento de que lo hace “para no perjudicar al Gobierno”. Sólo falta que Pedro Gómez de la Serna (que no tiene nada que ver con Ramón, el autor de las greguerías) se caiga de la lista electoral, donde va de número dos por Segovia. “Ambos personajes -según cuenta Javier Ruiz, en Vozpópuli- han cobrado hasta 2,4 millones de euros y tienen pendientes de ingreso otros 2,6 millones por conseguir obra pública en el extranjero a empresas privadas españolas, es decir, por actuar como comisionistas desde sus cargos públicos”. Pero hay otros: Vicente Martínez Pujalte, Federico Trillo, Agustín Conde, Miguel Arias Cañete, Pedro Morenés… A ellos no se les aplicará el artículo 6 del Código Ético del PP. Como todo tiende a la estratificación, así pase el tiempo y prescriba. La prescripción, como el confesionario, son la goma de borrar de todas las fechorías. Lo malo, al menos en política, es que no existe el examen de conciencia, dolor de corazón, propósito de enmienda ni satisfacción de obra.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Revoltijo de amenidades





Leer la prensa ahora, cuando se acaba el año, es como para echarse a llorar: un marido despechado, alto funcionario del Consejo balear denuncia al obispo de Mallorca, Javier Salinas, por “relación impropia” con su mujer, muy religiosa y activa militante del PP, ante la Nunciatura; se conoce la muerte de un policía español, Gabino Sanmartín Hernández, en un atentado en Kabul. Rajoy nos deja mucho “más tranquilos” al informar a los medios que el ataque no iba dirigido contra la Embajada de España sino contra una casa de huéspedes a pupilaje anexa. Raro, muy raro; Ignacio Villa se gastó durante el tiempo en el que estuvo al frente de la Televisión de Castilla-La Mancha 134.000 euros en comidas “de trabajo” con su visa opaca. Por si ello fuera poco, fichó a una periodista para cubrir noticias desde Hong-Kong por 12.000 euros al mes, en unos momentos en los que la televisión de la Comunidad que presidía Cospedal tenía un déficit de 10 millones de euros; una mujer se quema a lo bonzo en Barcelona; otra mujer, portuguesa de Aveiro, de 91 años, muere durante un juego sexual “fuera de control” con un vecino de 49 con el que mantenía relaciones; las últimas encuestas dan al PSOE unos resultados en las urnas por debajo de Podemos; y Raúl del Pozo señala en su artículo de El Mundo de hoy algo inquietante: “Coinciden las dos religiones [cristiana y mahometana] en que en el Juicio Final las putas calaveras beberán agua hirviendo”. No, si ya verás como al final tenia razón Quique Artiach cuando escribió en su blog (ayer) que este underground que nos ha tocado en suerte se parece mucho al “nuevo concepto de bar submarino privado de luz natural y lleno de jóvenes camareras, sin experiencia, sin oficio, sin ganas de aprenderlo y sobre todo en tirantes, pasando la axila por encima de las tapas y de los churros”. ¡Ya nos vale, ya…!

jueves, 10 de diciembre de 2015

Sobre vinos de aquí y de allá





Leo en el diario ABC que “un grupo de científicos de Israel está tratando de recrear el licor que se bebía en la época de Jesús”, en un intento de pretender conocer cómo sabría, supuestamente, el vino de la Última Cena y de qué uva estaría hecho. Ignoro si esos científicos de la Universidad de Ariel (Cisjordania) conseguirán dar en el quid (pronombre latino que significa qué cosa, y no “quiz” como si hiciéramos referencia a una revista de crucigramas y que algunos plumillas confunden) de la cuestión. Pues bien, parece ser que se están estudiando semillas de uva y restos de varios fragmentos de vasijas de barro de la época. Hasta el momento ya han identificado 120 tipos de uvas diferentes y algunos enólogos se decantan por la uva maaravi, que parece ser era la más común y cuyas cepas dejaron de plantarse en aquella zona asiática 220 años d.C. También se desconoce si fue la filoxera la que terminó con aquellos viñedos. Otros estudiosos entienden que la uva habitual de entonces por aquella zona del este de Belén era conocida como davouki. Maaravi, traducido del hebreo (en este caso aplicado como nombre masculino judío) quiere decir “el occidental”. Ya puesto, me gustaría aprovechar esa circunstancia para elogiar como merece el trabajo de venenciador. Todo comenzó en el sur de España, a partir de las entonces llamadas botas jerezanas de madera, para almacenamiento, transporte y envejecimiento de los vinos de Jerez. Se requería una maestría especial para la obtención de muestras. Esas botas disponían, entonces y ahora, de un orificio en una de las duelas (tablas), siempre situada en el centro la parte superior de la barrica cuando queda colocada en la andana (hilera de cubas) durmiente en la bodega. Y por allí, por el bojo de la bota es por donde se extrae la muestra por medio de venencias, para depositarlo en el catavinos y poder apreciar sus matices de olores y sabores. La venencia tiene máxima importancia, además, en la compra-venta de vinos. Con ella se extrae una muestra para poder llegar a una “avenencia” en su mercadeo. La venencia se divide en tres partes: cubilete, vástago y gancho. En Sanlúcar, más prácticos, utilizan un trozo de caña, el que va entre dos nudos, para hacer el cubilete. Con el resto de la caña se hace el vástago. De ahí viene la expresión de tomar una caña de manzanilla, cuyo contenido equivale al del conocido catavinos. Sobre el difícil arte del manejo de la venencia, conservo un suelto de ABC de Sevilla (06.09.68, pág. 27) titulado “Cuando la uva se convierte en vino”, escrito por  Miguel Rubio-Caballero. Cuenta, entre otras interesantes cosas, que el cubilete fetén debe ser de plata; y el vástago, de bigote de ballena. Y por aquello del hilo y el ovillo, aprovecho para recordar algo que ayer contaba  Antonio Burgos en ABC de Sevilla, en su artículo “Jaus Guater Guoch Cuper”"Cuando el Consejo Regulador del Jerez perdió el pleito frente a Coñac, alguien quiso ponerle ‘jeriñac’ al brandy. El pitorreo fue general. Y Pemán se guaseó de la palabreja en memorable Tercera de ABC, donde decía que cuando dijeras en un bar que querías ‘jeriñac’, el dependiente de la barra te diría:
--Segunda puerta a la izquierda".