lunes, 22 de febrero de 2016

Podemos, ¿una gracia de Dios?





El arzobispo de Sevilla, el seguntino Juan José Asenjo Pelegrina, en unas declaraciones que hoy publica El Mundo señala algo importante y que debería hacer reflexionar a los políticos: “Si no hubiera sido por la Iglesia muchos millares de personas en Andalucía no habrían comido cada día”. Pero al arzobispo de Sevilla yo le diría, también, que la Iglesia podría disponer de más dinero para hacer obras de misericordia si, por ejemplo, no  hubiese fichado la COPE a Carlos Herrera por ocho millones de euros; si Rouco Varela no viviese en un casoplón de 1’2 millones de euros, exento de IBI; si no tuviese una cadena de televisión (13TV)  manejada por la derechona más rancia, etc. A Juan José Asenjo Pelegrina le diría, del mismo modo, que la Conferencia Episcopal aporta una cantidad ridícula en el mantenimiento de Cáritas, menos del 1%,  y que el resto de ese sostenimiento corre a cargo de donaciones de particulares  y de la asignación de buena parte de las “cantidades asignadas a actividades de interés general consideradas de interés social”, previstas en el Real Decreto-Ley 7/2013, de 28 de junio y consignadas en la casilla 106 de la Declaración del IRPF. La Iglesia Católica, en boca de Juan José Asenjo Pelegrina, da una de cal (pero de cal viva) y otra de arena (del Arenal de Sevilla y olé, Torre del Oro, como si fuese Dorita “La Algabeña”). Salvo casos excepcionales de clérigos de uno y otro sexo que entregan toda su vida en defensa de los más humildes a cambio de nada, el resto se pasa la vida haciendo labor de zapa: por un lado, lavando sus conciencias con comedores sociales; por el otro, cobrando entrada por visitar  catedrales y museos, dando enseñanza en colegios concertados a cambio de adoctrinamiento, y poniéndose del lado de los poderosos y fariseos que defienden sus privilegios. Se vio durante la República, se vio durante la Guerra Civil, se vio en la posguerra y se ve ahora. Y así, mal vamos. En un Estado de derecho aconfesional, como es el caso de España, nadie debería tener privilegios. Y el vigente Concordato, causa en buena parte de esta vergonzosa situación de prerrogativas, debería romperse cuanto antes como primera medida. Si muchos millares de ciudadanos andaluces –como cuantifica el prelado- pasan hambre, es consecuencia de la política neoliberal del bipartidismo imperante. Y a esos políticos es a los que debería pedírseles responsabilidades. Sin tratar de “espolear el fervor que sirve a muchos obispos para purificarse”, desearía que el arzobispo Asenjo no confundiese a Podemos con “una gracia de Dios”. Podemos  obtuvo 42 diputados (un 12,69 % de los votos), que sumado a las coaliciones electorales autonómicas En Comú Podem (12 parlamentarios, 3,69 % de los votos), Compromís-Podemos-És el moment (9, 2,67 %) y En Marea (6, 1,63 %), dieron un total de 69 diputados, y que, por tanto, tendrá durante toda la Legislatura voz y voto para salvaguardar los derechos de los ciudadanos sin necesidad de que la Iglesia Católica se instituya como “la samaritana de la Humanidad”. Los sermones y las homilías, en los templos.

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