miércoles, 9 de marzo de 2016

El palenque





Aquí parece que hay muchas ganas de ajustar cuentas. En el palenque del Hemiciclo hemos podido ver de todo: a los que desean gobernar sin que les salgan las cuentas, a los que desean permanecer en el Gobierno aunque se caiga el mundo, y los otros, es decir, los que saben que no van a gobernar pero que aprovechan los cinco minutos que les concede Patxi López en la tribuna del Congreso para que puedan soltar sedal del carrete del resentimiento. Me da la impresión de que habrá nuevas elecciones generales el 26 de junio y que los resultados electorales de esa nueva consulta popular no variarán mucho de la duodécima desde la transición a la democracia y la primera con Felipe VI como Jefe del Estado, celebrada el pasado 20 de diciembre. Los eslóganes de los partidos fueron de lo más variado: PP, “España en serio”; PSOE, “Un futuro para la mayoría”; Podemos. “Un país contigo, Podemos”; Ciudadanos: “Con ilusión”; etcétera. ¿Qué eslóganes pensarán ahora los partidos políticos en el supuesto de que haya que volver a las urnas? Las últimas encuestas del CIS señalan que los españoles no ven entre sus principales preocupaciones la dramática situación de los refugiados a las puertas de Europa; la violencia de género sólo es señalada como un gran problema para el 1’6%; sólo están preocupados por  la ausencia de Gobierno el 0’6%;  y por el desafío catalán el 0’8%. Por lo demás, y así lo señala El País, “en la cola de los problemas que menos importantes consideran los españoles se sitúan las hipotecas, la subida de tarifas eléctricas, la Monarquía, la reforma laboral y las guerras en general, que solo han merecido la mención como problema del 0,1% de los encuestados. Sin embargo, la preocupación por la corrupción se ha disparado ocho puntos” y constituye el segundo problema entre los españoles después del paro”. Pues a mí, ciudadano de a pie (y a mucha honra) me molestan muchas cosas pero de poco serviría comentarlas. Y me molestan cosas, quizás nimias, que no aparecen en las encuestas del CIS. Y paso a exponer un ejemplo de fácil comprensión:


Ahí va el artículo de Consuelo Font  en LOC que ha molestado a Letizia Ortiz:
“Javier López Madrid: el íntimo de del Rey Felipe con tarjeta black”.

El Rey Felipe tiene muchos conocidos, pero sus amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano y sobran dedos. Entre ellos está el empresario Javier López Madrid, de 46 años, uno de sus íntimos desde la infancia, ya que fue compañero suyo en el colegio de Los Rosales. Tan estrecha es la relación que aseguran que Don Felipe puso a su primogénita Leonor en homenaje a la madre de Javier, a la que profesa gran cariño y se llama así, aunque la apodan 'Leito'. Aunque ya ha devuelto el dinero (34.800 euros), López Madrid, como el ex Jefe de la Casa de Su Majestad, Rafael Spottorno, figura también entre los 86 directivos de Cajamadrid que utilizaron las polémicas tarjetas 'black' para gastos privados. El amigo del Rey fue nombrado consejero de dicha entidad en 2008, a propuesta de la patronal madrileña CEIM, y posteriormente, cuando se constituyó Bankia, su presidente, Rodrigo Rato, le guardó un asiento en el consejo, motivo por el cual tuvo ya que acudir a declarar como imputado junto con otros 32 consejeros a la Audiencia Nacional. La fortuna de los hermanos López Madrid procede inicialmente de su progenitor, Germán López, un espabilado gallego que logró traer a España nada menos que la firma Volvo naútica, montando concesionarios por todo el país hasta que los suecos le ofrecieron quedarse con la red pagándole un precio multimillonario. Dicen que a partir de entonces el sencillo Germán adquirió usos de nuevo rico y comenzó a codearse con lo más selecto de la jet patria. Su primogénito, también llamado Germán, cogió el testigo paterno mientras Javier, el pequeño, optó por dedicarse a las finanzas con bastante éxito. No en vano, además de consejero delegado de OHL, se ha sentado en los consejos de Fertiberia, Inmobiliaria Espacio o Ferroatlántica y además fue presidente del broker Tressis. Claro que tuvo dos golpes de suerte, uno de los cuales fue casarse con Silvia Villar Mir, única hija fémina del todopoderoso Juan Miguel Villar Mir, que fue ministro de Hacienda y vicepresidente económico del primer Gobierno de la monarquía, gracias a lo cual don Juan Carlos le hizo marqués. A pesar de tener dos hijos varones, Juan y Álvaro, Villar Mir siempre ha considerado a su yerno su mano derecha en los negocios y, bajo su batuta, le ha ayudado a convertirse en un avezado empresario.
LOS ROMANCES DEL REY FELIPE
El otro golpe de fortuna fue educarse en el colegio Los Rosales y compartir pupitre con el futuro Rey Felipe VI. Don Felipe, cuando era soltero, sólo confiaba en la ayuda y discreción de Javier López y Álvaro Fuster para proteger de la prensa rosa sus romances. López Madrid era quien le facilitaba los refugios para pasar inadvertido. Así ocurrió con Isabel Sartorius, quien solía encontrarse los fines de semana con el entonces Príncipe en la finca que su familia poseía en la localidad salmantina de Peñaranda. Después fue la modelo norteamericana Gigi Howard la que se alojó en el chalet que los López Madrid poseen en Puerta de Hierro, no muy distante del palacio de la Zarzuela. Felipe de Borbón disfrutó de su hospitalidad durante unas vacaciones con la modelo noruega Eva Sannum en el lujoso dúplex que los López Madrid-Villar Mir poseían en Sotogrande. Volvieron a ejercer de escuderos cuando Don Felipe inició su romance con Letizia, de hecho cuando se produjo un incidente previo a su boda que motivó que les registraran el equipaje en Miami, regresaban de unas vacaciones en Bahamas con los López Madrid. La química entre Silvia y Letizia ha hecho que sean una de las parejas más frecuentadas por los Reyes. El gran problema para Felipe VI comienza ahora, al menos hasta que se aclare este turbio asunto de las visas opacas que tanta crispación ha provocado en la opinión pública. Rafael Spottorno no deja de ser un ex colaborador del Rey Juan Carlos y pertenece al pasado de la institución, por lo que apartarle del entorno regio es menos traumático. Otra cosa es Javier López Madrid, uno de sus más allegados. ¿Tendrá que renunciar también a su amistad para preservar la imagen de la Corona?
                                                       

Y ahora la respuesta de Iñaki Gil  (9/3/06)
Carta abierta a Su Majestad la Reina de España del director adjunto de EL MUNDO, Iñaki Gil.
Estimada Señora:
Permítame que me dirija a Usted con el tratamiento que como Reina de España merece. Además, no gozo del favor de pertenecer a su círculo de amistades como para llamarla simplemente Letizia, menos aún para apocoparla en Ltzia. Y, en ningún caso, osaría dirigirme a usted como "compi yogui". Porque no hago yoga. Y porque no soy su compañero. Ni su colega.  Me alegra conocer, Señora, que se encuentra Usted entre los más de seis millones de personas que leen cada mes La Otra Crónica en el sitio web elmundo.es. Quizá también se encuentre Usted entre los miles de lectores que disfrutan cada sábado del suplemento en papel del diario EL MUNDO o, como persona de su tiempo, se lo baje a su tableta desde Orbyt. Respeto, por supuesto, su opinión sobre nuestro trabajo. Nosotros también opinamos sobre Usted. Aunque nunca hemos llegado a escribir de ninguna prenda que usted vista, de ningún comentario suyo, de ningún mohín que es "una mierda". Cierto es que su desprecio fue un mensaje privado. Incluso habiendo difundido su comentario eldiario.es y siendo reproducido por numerosas páginas web no espero de Usted una nota de disculpa. Quizá una aclaración. Al menos, un 'whatsapp'. A mi juicio, las disculpas son lo de menos. Son gajes del oficio, del mío digo, no del suyo. Un rifirrafe entre periodistas. Lo de más es lo que sigue en su desafortunado mensaje a Javier López Madrid, empresario, consejero delegado del Grupo Villar Mir, al que la Fiscalía le pide un año y medio por apropiación indebida en el caso de las tarjetas black de Caja Madrid. Sorprende que, cinco días después de conocerse la lista de beneficiarios del plástico opaco, usted se solidarice con él. Contrasta esta actitud con la salida fulminante de la Casa Real de otro beneficiario de las dádivas negras de la caja rescatada, Rafael Spottorno, consejero privado de su esposo, el Rey Felipe VI, que fue apartado del cargo. En esos cinco días, ¿nadie a su servicio llamó al señor López para preguntarle si era verdad la acusación y qué pensaba hacer? ¿Acaso no fueron informados? ¿No dieron credibilidad a una noticia que la propia Caja confirmó? Porque su mensaje parece dar a entender que usted se enteró por LOC de los problemas de su compañero de yoga: "Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui ('miss you!!!')" ¿Sabemos quién eres? Pues, Señora, espero que no. Que su augusto marido y Usted no conocieran las andanzas del señor López, al que un juez ha interrogado para saber si financió con un 1,8 millones de euros de dinero negro al PP en el marco de la 'operación Púnica'. Espero que tampoco estuvieran al corriente de las tormentosas relaciones de su compañero de yoga con la doctora Pinto, que darían para algún capítulo castizo y sombrío a lo Grey. Confío en que, ahora que se conocen mejor y, pese a la vieja amistad del señor López Madrid con su esposo, que se retrotrae a sus tiempos de compañeros de colegio en Los Rosales, ya no se quieran tanto y se respeten lo justo. Y que el presunto no sea invitado a su mesa. Lo demás, efectivamente, 'merde'. Me sorprende en todo caso la imprudencia de Usted, Señora, y de su marido al intercambiarse mensajes, más prudentes, cierto, los de Don Felipe. Acaso no conoce su Majestad que este tipo de comunicaciones están expuestas a la indiscreción de cualquiera, empezando por el receptor y siguiendo por cualquier servicio exterior. O no tiene noticia de que los correos de la canciller Angela Merkel fueron leídos por los americanos.  Es cierto que cualquiera tiende a confiarse hablando o chateando con sus amigos y creo que esos comentarios pertenecen al dominio de lo privado. Pero una Reina no puede dejar de comportarse como tal ni un segundo. Ni permitirse confidencias que puedan perjudicar la reputación de discreción de la institución. Ni confianzas de "compi yogui" con alguien que se ha demostrado poco de fiar. Ni escribir de forma despreciativa de una publicación. De humanos es errar y de sabios, rectificar. Por eso, todos los compañeros del diario EL MUNDO y muy especialmente los que hacemos La Otra Crónica, no esperamos sus disculpas. Nos basta con que nos permita seguir haciendo libremente nuestro trabajo, que fue el suyo, y con que nos siga leyendo.

Nota:
He  suprimido las separaciones en los párrafos a fin de poder comprimir los  textos de Consuelo Font y de Iñaki Gil, respectivamente.



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