jueves, 10 de marzo de 2016

Tragedia grotesca





En este corral de comedia nada cambia, para nuestra desgracia. España se ha convertido en la Casa de Tócame Roque y el Gobierno en funciones parece extraído de un sainete de Carlos Arniches o  del “teatro por horas” del siglo XIX. Aquí tenemos desde La señorita de Trevélez, ociosa y desocupada, hasta Serafín, el pinturero. A propósito de mi chat de ayer, leo lo que dice hoy en el diario Público Juan Carlos Escudier: “La nueva etapa de la monarquía respondía en realidad a una cuestión de supervivencia de la propia institución, que si ya era indigesta conceptualmente, se había vuelto intragable desde que cayó el velo de su impunidad y quedaron al aire sus vergüenzas y sus corruptelas. Al nuevo rey correspondía salvar los muebles de época y para ello tuvo que aceptar cierta transparencia y hasta renegar de esos familiares contaminados a los que hoy se juzga en Mallorca. De este cordón sanitario ha escapado el emérito, cuyas francachelas con corinnas y reyes del azúcar parecen tener indulgencia plena”. (…) “El más querido de esta ‘yogui pandy’, López Madrid, yerno de Villar Mir y envuelto en un turbio caso de presunto acoso a una dermatóloga, ha tenido el privilegio de dar el primer disgusto a la real pareja al desvelarse los mensajes de apoyo que desde Zarzuela se le transmitieron cuando se supo que era usuario de una de las famosas tarjetas black de Cajamadrid. El ‘nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás merde’ de Letizia ha sonado tan idéntico al ‘Luis, se fuerte’ de Rajoy a Bárcenas que no hay campaña de glorificación que lo resista”. Aquí lo dejo. No merece la pena seguir con este asunto. Existe otra cuestión que me tiene perplejo: El Gobierno anuncia que Mariano Rajoy “ni puede ni debe” someterse al control parlamentario. ¡Toma del frasco! Según José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, “no se puede someter a las iniciativas de control por parte de una Cámara que no ha otorgado su confianza al Gobierno en funciones”. Un Gobierno en funciones y fuera de control parlamentario puede ser lo más parecido al camarote de los Hermanos Marx. El Gobierno está en funciones pero el Congreso de los Diputados no. Hay quien muere matando. Otros prefieren agarrarse al poder con una mano y con la otra tocar los cataplines a todos los españoles. En política, como en el juego del guiñote, hay quiénes no saben perder. Y Ana Mato, como no sabía de quién era el jaguar antes y no encuentra trabajo ahora, apara la mano para recibir 53.400 euros anuales del Congreso en concepto de indemnización por cese, de conformidad con el  Reglamento de Pensiones Parlamentarias y Otras Prestaciones Económicas, aprobado en 2006 y modificado posteriormente en 2007 y 2011. La lista se extiende a otros 62 exparlamentarios. Y en esta tragedia grotesca, a las familias con todos sus miembros en paro, que son legión, que les den por donde amargan los pepinos.

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