sábado, 9 de abril de 2016

El Pollo Posturas





En su artículo de hoy en ABC de Sevilla, “Días de postureo”, Antonio Burgos señala:

El postureo es la ficción de una posición social y económica que no se tiene, pero dándole todos los visos de verosimilitud. Es un trampantojo de la riqueza, de la elegancia, del poder, de la virtud. Una estafa. Pero con arte. Por eso los de Feria son los días del clásico postureo sevillano”. (…) “Postureo de quien pone caseta sin tener un duro; postureo de quien engancha sin tener cortijo; postureo de quien va a una primera fila de barrera de los capotes...que le acaban de regalar porque el titular tenía ganas de seguir en la caseta y no sabía a quién largársela. Media Sevilla ejerce en Feria el postureo de disfrazarse de una especie en trance de extinción: el señorito”. (…) “El Pollo Posturas fue banderillero de Joselito. No tenía nada de postureo: todo era arte de verdad. Y no como ahora, que hemos de padecer a todos estos pollos del postureo y de la chaqueta de Scalpers dos tallas más chicas, con el botón tan apretado que parece que les va a saltar y van a dejar tuerto a alguien...”.

El Pollo Posturas también aparece en la novela La reina del duende, de María Estévez y Héctor Dona (Roca Editorial de Libros, Barcelona, 1ª edic., junio de 2012). Pero, ¿quién fue el Pollo Posturas? En el capítulo II de ese libro se cuenta que “corre el mes de abril y Valencia está calurosa. Pastora y Vito  nunca han visto el mar y les parece una buena idea acercarse hasta la playa…, etc.”. (…) “Dan las tres en el reloj cuando deciden  regresar a la pensión muertos de hambre…”. (…) “El destino le pone de bruces con Rafael el Gallo…”.  Se saluda y hablan. “La conversación no da para más. Vito tira de la manga de Pastora deseando ir a comer y Rafael va camino de su hotel con su mozo de espadas, amigo y primo hermano, el Pollo Posturas, hermano del cantaor flamenco Ignacio Ezpeleta…”. Como puede comprobarse, para Burgos el Pollo Posturas fue banderillero de Joselito, mientras que en la novela de Estévez, es mozo de espadas de Rafael el Gallo. ¿Cómo salir de dudas? Rafael el Gallo, como todos los aficionados saben, fue el hermano mayor de Joselito, ambos de etnia gitana por parte de madre. No queda otra que consultar archivos. Joselito, cuñado de Sánchez Mejías, murió en Talavera de la Reina de una cornada que le produjo en el vientre  “Bailaor”, pequeño y burriciego,  de la ganadería de la viuda de Ortega, el 16 de mayo de 1920. Y doy con La fiera literaria (Boletín del Centro de Documentación de la Novela Española) donde Manuel Asensio Moreno añade algo de luz, pero de luz de luna. No aclara mucho:

“En el barrio de Triana, en la Sevilla de los años 30, vivía un gitano, miembro de una familia muy conocida, de la que habían salido dos buenos cantaores y un buen torero, Manuel Rodríguez Cagancho, el cual mosito calé, desde que accedió a la edad juvenil, pareció no tener atención para otras cosas que su atuendo y sus poses. Su madre, Concha la Canastos, que lo adoraba, lo animaba cuando salía de casa y se despedía con un beso en su noble frente: “Hijo, pareces un figurín”. La gente de Triana no pensaba lo mismo. Muchos estimaban que el mosito se excedía en el rebuscamiento de las posturas estilo  páginas de moda del “Blanco y Negro”, que adoptaba ante el mostrador de una taberna, en el estanco o ante la reja de su novia Rosarito. Empezaron a llamarle “El Pollo Posturas” y a hacerlo protagonista de chistes y de anécdotas apócrifas. Faé, que así  llamaban en familia a Rafael Vargas Heredia, Flor de la Rasa Calé y alias  El Pollo Posturas, le dio a Concha La  Canastos, su madre, el disgusto de morirse, antes de cantar los cuarenta, del moquillo”.

Finalmente, tratando de buscar información, en un ejemplar de Diario de Sevilla (27/09/2012), en su artículo “Joselito el Gallo, el rey de los toreros”, me entero por Luis Nieto que aquel malhadado día en Talavera de la Reina, Paco Botas había reemplazado a Caracol como mozo de estoques. Finalmente, por Antonio Román Romero, sé que Caracol “el del bulto” (Manuel Ortega Fernández) era un sevillano de la Alameda, cantador de flamenco sin llegar al nivel de su hijo. Durante su existencia fue mozo de espadas de sus primos Rafael el Gallo y Joselito el Gallo. Fue el tipo que en la Estación de Atocha le echó la bronca a una locomotora que soltaba vapor: “Esos cojones en Despeñaperros”.De Caracol “el del bulto” se contaba que cuando su hijo triunfaba en los tablaos flamencos, éste le acompañaba y le hacía las veces de persona de confianza. Una de sus tareas consistía en liarle al hijo los cigarrillos y tenérselos preparados en el camerino donde luego recibía las visitas, las agasajaba y presumía del buen tabaco que gastaba. Un día al padre se le olvidó liarle los pitillos.. Ante la airada reacción de su hijo, le contestó: “Mira Manolito, hijo, no te pongas así, porque en un momento dao yo digo que este tabaco es de contrabando y te detienen”.



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