El Mundo hace referencia al menú de 11 euros que Felipe VI, acompañado del ministro de
Cultura, Iñigo Méndez de Vigo,
tomaron en un restaurante de carretera, Restaurante
Puerta de Extremadura (kilómetro 161 de la N-5) cuando regresaban a Madrid en coche desde el
Monasterio de Yuste. El Rey pudo regresar a Madrid por otros medios. Él sabrá
mejor que nadie la razón por la que prefirió hacer el viaje en coche. Yo intuyo
que fue por una cuestión de imagen. El actual Rey necesita ser conocido por la ciudadanía y mostrar un
aspecto campechano y nada distante. Prueba de ello es que ha aparecido la
noticia en este medio, haciéndose fotos con los dueños de la casa de comidas y
con todos los clientes que lo desearon. Es necesario lavar la imagen de los
últimos años del poco afortunado reinado de Juan Carlos I y por algo había que empezar: por la mercadotecnia.
Se cuenta que el Rey comió patatas con conejo, ensalada, carne y de postre
bizcocho y un plátano. Y el ministro, sopa castellana, lengua de vaca y
ternera. Supongo que ese sería el menú del día, el que tomarían viajantes en
comercio, camioneros y viajeros en general. Una anécdota que, sin duda, se
contará en futuras biografías. Personalmente hubiese preferido que la prensa se
hubiese centrado más en la entrega del Premio
Carlos V (no sé por qué no se llama Carlos
I) a la profesora italiana Sofía
Corradi, más conocida como Mamma
Erasmus. Pero en este país sólo nos quedamos con lo intrascendente, con lo
que sólo interesa a las porteras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario