jueves, 12 de mayo de 2016

Por evitar confusiones





A veces es conveniente poner la venda antes de la herida. Por todos es sabido que como consecuencia de la aplicación de la Ley 52/2007 de 26 de diciembre, más conocida como Ley de la Memoria Histórica, se han hecho verdaderos desatinos a la hora de interpretar placas del callejero de ciudades y pueblos quitando, en muchas ocasiones, la nomenclatura por error o desconocimiento histórico. Por ejemplo, confundir en Madrid el nombre de Juan Pujol Martínez, propagandista de Franco, con el de Juan Pujol García, conocido como Garbo, el espía que engañó a Hitler sobre el lugar de desembarco de las tropas aliadas y que finalmente se produjo en Normandía. El error se produjo porque en el rótulo de la calle madrileña sólo ponía Juan Pujol, y ello dio lugar a diversas interpretaciones. Pues bien, por dejar las cosas claras y evitar yerros, Balbino Lozano, en su columna de opinión, “La calle del Riego y el general Del Riego”, en  El Correo de Zamora, aclara que “la céntrica y comercial calle del Riego, muy conocida por todos los zamoranos, va desde la calle san Torcuato hasta la calle de la Feria”, y recuerda a los lectores que durante el franquismo la calle del Riego se llamó calle de José Calvo Sotelo.  “Los orígenes del nombre de la calle del Riego –sigue contando Balbino Lozano- se remontan a un acuerdo del Ayuntamiento de 15 de julio de 1841, por el que se aprobó un proyecto de construcción de una cañería para conducir un manantial de agua que había en una casa denominada de Fernando Piorno, a la que se incorporaban otros manantiales que había en la calle del Riego hasta llevar dichas aguas por medio de cañería a la primera fuente del paseo viejo de Valorio, con lo que esperaban mejorar notablemente este servicio público y el conveniente regado de los árboles de dicho paseo con el menor coste. Tal vez aquella disponibilidad de agua con la que regar los paseos y arbolados, gracias a los manantiales que había en la calle del Riego, fuera la razón para tomar el nombre. En Zamora todavía no se había instalado el servicio de distribución de agua potable y tardaría veintiocho años en subir el agua del Duero para consumo de boca”. Aclarado queda. 

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