miércoles, 29 de junio de 2016

Anuncios por palabras





Me entero por el diario Heraldo de Aragón que en los anuncios de determinadas inmobiliarias ya se anuncian ventas de sepulturas de “segunda mano” en el Cementerio de Torrero. El precio del nicho depende de dos factores: de la ubicación y de la altura, como si se estuviesen refiriendo a una finca urbana en el  Paseo de Ruiseñores. Su  precio oscila entre los 2.500 y los 12.000 euros. El periódico local ya se ha adelantado a afirmar que “en nuestra política no cabe ese tipo de anuncios”. ¿Y por qué no? ¿Acaso no existen anuncios de contactos y de personas que ofrecen sus servicios? La normativa vigente señala que “las tumbas y sepulturas que se venden entre particulares, denominadas 'a perpetuidad', son aquellas que fueron adquiridas antes de 1990, año en que se modificó ese procedimiento, limitando su duración a 49 años para nichos, columbarios y depósitos en tierra -con derecho a prórrogas sucesivas-, y a 99 años para sepulturas, panteones y capillas, pudiéndose, en caso de nichos, hacer renovaciones cada 5 años”. En uno de los anuncios publicitarios se recalca: “bien situado y a la sombra”. En otro: “Al lado del campo de fútbol”. En resumidas cuentas, si encuentra el lector en cualquier catálogo  de inmobiliarias el anuncio “terreno en venta en Avenida de América, 96, barrio de Torrero”, que sea consciente de que le están invitando a adquirir un hueco donde un día puedan reposar sus restos. Con la escritura notarial de adquisición de nicho y una buena póliza de decesos ya puede uno morirse tranquilo, o sea. Mejor aún si el sacerdote, supuesto experto en el Más Allá -que en el Más Acá se las sabe todas- hisopa, impone los santos oleos y le canturrea al moribundo el responso “Libera me dómine de morte aeternam, in die illa tremenda, o sea, el Libera Me, que no es el comienzo de una canción de El Titi y que tampoco tiene nada tiene que ver con “la olivera” (al referirise a "la  libera") expresada en la jota La Magallonera, del maestro Ramón Salvador. Jota aragonesa que, a mi entender, nadie interpretó con la maestría de la oscense Camila Gracia. Dice la letra de esa jota: "Pulida magallonera, / anda y dile al Santo Cristo / que cuando me llame al cielo / que me cante la olivera…”. Curiosamente, nadie corrige el disparate.

1 comentario:

Unknown dijo...

Tienes toda la razón. Ya vale de desvirtuar una jota tan preciosa.