martes, 26 de julio de 2016

Vodevil





Como bien señala un editorial de El País, “como en otras monarquías parlamentarias, el papel del Rey consiste en refrendar los actos políticos de las instituciones y personas que constitucionalmente tienen el poder de tomar decisiones, no en suplir la inoperancia de una clase política falta de miras, una clase política a la que no parece importarle el daño que haría condenando a la Corona a reconocer el fracaso de su ronda de consultas”. (…) “Rajoy, que —al representar a la fuerza con más escaños— concentra la mayor responsabilidad sobre este vodevil indigno de una democracia avanzada en el que se está convirtiendo la investidura, no puede perder más tiempo. Tiene que despejar la incógnita de si él representa la solución o el problema de la gobernabilidad, y hacerlo cuanto antes”. Anson, en El Mundo, es más lacerante, recomendando cuidado: “La crítica a los partidos políticos en el primer tercio del siglo XX, como he recordado en alguna ocasión, se tradujo en el nazismo en Alemania, el fascismo en Italia, el estalinismo en Rusia, el franquismo en España, el salazarismo en Portugal... Cualquier forma de dictadura o totalitarismo es mucho peor que lo que tenemos. No se trata de suprimir los partidos políticos o los sindicatos. Se trata de regenerarlos, de democratizarlos, de exigir que se pongan al servicio del interés general en lugar de dedicarse a satisfacer ambiciones de clase o de casta con escandalosa atención a parientes, amiguetes y paniaguados. Los dirigentes políticos han obligado a apretarse el cinturón a empresas, instituciones y particulares, a todos menos a los partidos que siguen entregados al cínico despilfarro”. La obligación del presidente del Gobierno en funciones,  Mariano Rajoy es presentarse a la investidura y buscar los apoyos necesarios, en vez de aprovechar el puente del Apóstol para sentarse en la terraza del bar Comercio, en Sanjenjo, a fin de poder disfrutar de unos días de “desconexión”, como si fuese Miss Galicia 2016, esperando que a su regreso a Madrid algunos partidos le den su voto gratis “porque yo lo valgo”. Pasado mañana debe entrevistarse con el Jefe del Estado y sabe que sólo cuenta con 137 diputados, la abstención de Ciudadanos en la segunda votación y un procesamiento judicial en marcha contra el PP por haber destruido unos discos duros de su tesorería. Y con ese ridículo ajuar, no creo que haya boda.

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