lunes, 1 de agosto de 2016

Garganta profunda





Ignoro quién es la “garganta profunda” que ha contado a Heraldo de Aragón el asunto del asistente de Echenique, aunque lo imagino. Cría cuervos… Y ese periódico local lo está sacando a sus páginas con cuentagotas (ahora ya se hace referencia a 2012) para hacer buena la greguería de Gómez de la Serna: “Como daba besos lentos, duraban más sus amores”. Al periódico de los Yarza, el afloramiento de esa noticia dosificada en pequeñas tomas le está suponiendo que todos los medios tomen por referencia  dicho periódico, con lo que le proporciona una propaganda excelente y gratuita. El asunto de Echenique, al que la derechona  le está dando una trascendencia insólita, como si se tratara del asesinato de los marqueses de Urquijo (en el caso de Echenique hay, sin duda, más intereses políticos en estos tiempos de tribulación) me recuerda el asunto del sillón de José Marco, sobre el que ABC Aragón machacó con insistencia. Pero aquello fue distinto. Había que desgastar al PSOE y, además, hubo condena. El resultado final fue que la Audiencia de Zaragoza condenó a 13 meses de prisión y seis años de inhabilitación al presidente de la Diputación, así como a una multa de 75.000 pesetas por malversación de caudales públicos y falsificación documental. Curiosamente, por aquellos días de principios de la década de los 90, Heraldo de Aragón, escribió muy poco sobre el caso del sillón. El periódico recibía el encargo de mucha publicidad desde la DPZ y era mejor que otros medios se ocupasen de airear trapos sucios. Nunca hay que matar a la gallina de los huevos de oro y el entonces director, Antonio Bruned, lo sabía. En suma, si procede que Echenique debería haber pagado a la Seguridad Social la parte alícuota por la ayuda prestada por su asistente durante una hora diaria y no lo hizo, debe pagar la multa correspondiente. Causa finita. Me parece vergonzoso, sin embargo, lo que he podido ver hoy al mediodía en la Sexta. La presentadora comentaba la Operación César llevada a cabo por la Guardia Civil y Aduanas, referente al turbio asunto de desvío de fondos por parte de Adif (17,4 millones de euros) en cuatro puntos concretos de la línea de alta velocidad entre Crevillente y Murcia. Y en un momento determinado del programa “Al rojo vivo”, cuando los televidentes estábamos expectantes ante ese nuevo caso de corrupción aflorada, interrumpía el tertuliano Eduardo Inda a la presentadora, preguntándole de forma inquisitorial: “¿Es que hoy no vamos a hablar sobre Echenique?”. Para este tipo, actual director del periódico digital OK Diario, que ya fue condenado por informaciones falsas, e imputado junto con Esteban Urreiztieta en noviembre de 2012 por un juzgado de Barcelona por calumnias e injurias, tras ser denunciado El Mundo por Artur Mas, por un desvío de fondos a cuentas bancarias en el extranjero; este tipo, digo, daba prioridad a hablar sobre Echenique que a opinar sobre el ingeniero José Luís Martínez Pombo, el empresario José Francisco Noguera, alias El Perrita, José Manuel Fernández Pujante de Construcciones Marimar, al significado de la clave telefónica  “Paraguas-José Luis”, etcétera, etcétera. La cosa es desprestigiar a Podemos y acusar a Echenique de tener presuntas deudas de menor cuantía con la Seguridad Social. Ana Pastor alegará, llegado el acaso, que no sabía nada de la corrupción en Adif mientras fue titular de la cartera de Fomento. Curiosamente la nombraron presidenta del Congreso la víspera de que tuviese que declarar sobre el Alvia causante de la tragedia en Angrois. Y aquí pasó lo de siempre: la culpa, el maquinista. Y la Operación César, ya puestos, también podría declarar culpable al marqués de Salamanca.  No pasa nada. Y si pasa…, ¿qué pasa?

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