viernes, 26 de agosto de 2016

"Sé fuerte, Dominga..."





Tanto a la prensa de la derecha como a la portavoz adjunta del grupo parlamentario del PP, Marián Orós, les ha parecido “vergonzoso” que en una cena privada el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique haya cantado eso de “Chúpame la minga, Dominga…” durante un acto de precampaña en las pasadas elecciones autonómicas del 24M. A Marián Orós le podría parecer vergonzoso, si acaso, el delirante papel que está jugando el presidente de su partido, Mariano Rajoy,  con respecto a los ciudadanos desde el pasado 20 de diciembre. Marián Orós, afiliada al PP en 1992, a la que no tengo el gusto ni el deseo de conocer, le voy a recordar que tal letra es un poco ordinaria y machista, pero que todo ciudadano tiene derecho a expresarse del modo que le venga en gana en actos privados cuando se encuentra rodeado de amigos. Pues bien, para el que no la conozca, ahí va la letra de la jota completa:

A la jota jota que bailan los perros,
levantan la pata y enseñan los huevos.
Y enseñan los huevos,
 y enseñan los huevos
A la jota jota que bailan los perros.
Espatárrate, Genara
que aquí mismo te la clavo,
que cada vez que te veo
me salen chispas del nabo.
No me jodas en el suelo
como si fuera una perra,
que con esos cojonazos
me llenas el coño de tierra.
Chúpame la minga, Dominga, que vengo de Francia,
chúpame la minga, Dominga, que llevo sustancia,
que llevo sustancia, que llevo sustancia,
chúpame la minga, Dominga, que vengo de Francia.
El polvico que te eché
debajo de la escalera
se lo cuentas a tu madre
y te casas con la abuela.
Doce monjes cartujos en un convento,
veinticuatro pelotas, doce instrumentos,
doce instrumentos, doce instrumentos,
doce monjes cartujos en un convento.
Esos huevos que tú tienes
no te los pienso tocar,
que a mí me gustan muy frescos
y los tuyos huelen mal.
En tu puerta me cagué
pensando que me querías
y ahora que ya no me quieres
dame la mierda, que es mía.
Veinticinco mujeres, cincuenta tetas,
si las cuentas tres veces, ciento cincuenta.
Ciento cincuenta, ciento cincuenta
Veinticinco mujeres, cincuenta tetas.
A la jota, jota, que bailan los perros,
levantan la pata y enseñan los huevos.
Y enseñan los huevos, y enseñan los huevos,
a la jota, jota, que bailan los perros.
Si me quieres dímelo
y si no vete a la mierda,
que otros mejores que tú
he tenido entre las piernas.
Maña, mañica, maña,
por muy mañica que seas
no dejarás de mojarte
los pelicos cuando meas.
Chúpame la minga, Dominga, que vengo de Francia,
chúpame la minga, Dominga, que llevo sustancia,
que llevo sustancia, que llevo sustancia,
chúpame la minga, Dominga, que vengo de Francia.
Mientras tú estés en la cama,
con las teticas calientes,
yo estoy bajo tu balcón
con la chorra hasta los dientes.
Anda y cállate, Nemesio,
Que ende que empezaste a hablar
Me está pegando bocaos
El coñico al delantal.
Veinticinco mujeres, cincuenta tetas,
Si las cuentas tres veces, ciento cincuenta.
Ciento cincuenta, ciento cincuenta,
Veinticinco mujeres, cincuenta tetas.
Doce monjes cartujos en un convento,
Veinticuatro pelotas, doce instrumentos.
Doce instrumentos, doce instrumentos,
Doce monjes cartujos en un convento.
Ya me la ha chupao, ya me la ha mamao,
Cochina, marrana, no haberte dejao.
No haberte dejao, no haberte dejao,
Cochina marrana, no haberte dejao.
¡Riau riau!

“Dominga, sé fuerte. Hacemos lo que podemos”.

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