jueves, 20 de octubre de 2016

A porta gayola





Breve cronicón para un tiempo de tribulación:  Pérez Reverte desea meter a Sabina en la RAE; Picardo afirma rotundo que no existen negociaciones bilaterales sobre el futuro de Gibraltar, como cuenta bocina en mano a la rosa de los vientos García-Margallo; varios estudiantes no desean recibir el Premio Princesa de Asturias de manos de Felipe VI y de su consorte en el Teatro Campoamor de Oviedo; el Tribunal Constitucional anula la prohibición de corridas de toros en Cataluña; y la investigada Rita Barberá, sobre la que en el PP dicen que “ya forma parte del pasado” (como si hicieran referencia a una paella valenciana donde el arroz no hay quien se lo coma), tendrá que declarar en el Tribunal Supremo el próximo 21 de noviembre. Hay más asuntos, pero lo dejo aquí, para no marear al lector. Jesús Nieto Jurado, en su artículo ‘Escrache’ a Isidoro, en El Español, lanza una bomba de racimo como aquellas que fabricaba Instalaza: “Felipe y Cebrián no pudieron largar el miércoles en la Autónoma de Madrid lo que querían. No son ni Jack Lemmon ni Walther Matthau, pero siempre van en comandita y son pareja  y no tan extraña. Como Los Panchos; sí, pero es que Los Panchos son tres y aquí pasa que el tercero en discordia es ese periódico 3.0 que llevan a pachas; ese periódico donde no quedan ni los ecos de lo que fue y donde ya se han sacado el autor intelectual del escrache: Turrión. Ese periódico que les rasga la guitarra y que les marca a muchos el dónde y el cómo: la referencia dominante o así nos lo vendieron a los jóvenes plumillas”. La decisión del Tribunal Constitucional sobre los toros en Cataluña coincide en el tiempo con unas declaraciones de Brigitte Bardot en una entrevista para Vogue España donde hace referencia a “esa monstruosa comedia donde la sangre corre a raudales; ese espectáculo mortífero creado por sádicos que disfrutan con esa tortura lenta, con la agonía de un animal magnífico, que es asesinado premeditadamente por una marioneta ridículamente disfrazada. Es un espectáculo de degenerados que debería de ser definitivamente abolido”. Ya veremos qué dice Carles Puigdemont sobre ese asunto. De momento, como indica el perrillo de Maruja Limón, que acude moviendo el rabo al escuchar el nombre de Marcello, en Reública.com,  el honorable Puigdemont  “se pone de rodillas y a porta gayola a recibir al morlaco negro zaino y español que lo convertirá en mártir nacional catalán por culpa de las muchas atrocidades que ocurren en el Ruedo Ibérico, donde Mariano Rajoy, el gran don Tancredo de nuestro tiempo -como aquel otro que en 1900 actuaba en La Monumental de Barcelona bajo el apodo de ‘El Rey del Valor”-, permanece inmóvil, vestido de blanco y subido en un cajón mientras el toro anda suelto por la plaza”.

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