lunes, 24 de octubre de 2016

Claret





La Iglesia Católica celebra hoy la festividad de san Antonio María Claret Clará (Sallent de Llobregat, 1807-Fontfroide, 1870). Su biografía a grandes rasgos señala que fue ordenado sacerdote en 1835, en 1849 fundó la congregación  Hijos del Corazón de María (claretianos), ese mismo año recibió de Pío Nono el nombramiento de arzobispo de Santiago de Cuba, regresó a la Península en 1857 y fue nombrado confesor de Isabel II y arzobispo de Trajanópolis (entonces bajo control de Bulgaria y posteriormente cedido a Gracia por el Tratado de Neuilly de 1919), al año siguiente fue nombrado administrador de El Escorial, abandonó Madrid al desaprobar el reconocimiento del Reino de Italia por Isabel II; y más tarde regresó a España y siguió siendo confesor de la reina, a la que acompañó a Pau en su exilio en septiembre de 1868. Beatificado por Pío XI en 1934 y canonizado por Pío XII en 1950. Es el autor, entre otras obras, de un Catecismo de la Doctrina Cristiana que llegó a alcanzar 185 ediciones. En su libro, Isabel II. Una biografía (Madrid. Taurus. 2010. cap. 6) Isabel Burdiel describe, en referencia a la reina, que “su círculo íntimo fue haciéndose cada vez más estrecho y su paz espiritual cada vez más dependiente del padre Claret y de sor Patrocinio. La monja y el confesor eran percibidos como más ubicuos que nunca en cualquier decisión importante de Palacio”. Sor Patrocinio (María de los Dolores de Quiroga Capopardo), más conocida como la monja de las llagas, fue concepcionista franciscana y responsable del “Gobierno relámpago” e influyó en gran manera en Isabel II pero también en su consorte, Francisco de Asís. Parece ser que Salustiano Olózaga estuvo muy enamorado de ella, pero le rechazó y tomó los hábitos en el Convento de las Comendadoras de Santiago, en Madrid. Al margen de sus visiones místicas, de sus ataques de histerismo, de sus éxtasis, de sus llagas y de la “aparición” de la Virgen en 1830, su acusación de carlista y su traslado de convento a Talavera de la Reina (más tarde habría otros), tanto sor Patrocinio como Claret ejercieron una nefasta “ayuda” a la reina conocida como “de los tristes destinos”. Capítulo aparte merecería el trabajo de Sem en el periodo de 1868-69. En Los Borbones en pelota, libro de ilustraciones creado por Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano Valeriano, la Corte de la época aparece caricaturizada en acuarelas y en posiciones poco decorosas viñeta tras viñeta, hasta en 89 ocasiones. Y entre esas viñetas aparecen tanto Claret como sor Patrocinio. En tales orgías hay participación del clero. En una de aquellas viñetas se puede ver a Carlos Marfori (presunto amante de la reina) sentado, mientras sor Patrocinio es requerida por González Bravo a quien reclama el sarasa Francisco de Asís, motejado por los madrileños como Paquita Natillas, mientras Claret le sodomiza. No cabe duda de que los hermanos Bécquer fueron licenciosos pero, pese a ello, disponen de calle en el madrileño barrio de Salamanca. El tiempo siempre pone cada cosa en su sitio, al margen de las parodias y de que todo tienda a la estratificación.

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