martes, 25 de octubre de 2016

Pobreza en Los Pajaritos





Los datos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística revelan que  cinco de los diez barrios más pobres de España se encuentran en Sevilla. Susana Díaz, presidenta de esa Comunidad, como el socialista Juan Espadas, alcalde de Sevilla, deberían hacérselo mirar. Según El Correo de Andalucía, esa es “una cifra escalofriante que deja entrever las dificultades económicas por las que pasan desde hace años numerosas familias sevillanas, no solo azotadas por la crisis económica sino también por las consecuencias que ésta ha tenido en la sociedad: pérdida de puestos de trabajo, falta de oportunidades, rentas bajas y hogares que deben tirar de ingenio para llegar a fin de mes”. Para que luego nos venga Antonio Burgos en las páginas de ABC a contarnos milongas al estilo de que “Sevilla no es Alsasua”. Yo, lo he contado en varias ocasiones, soy un enamorado de Sevilla desde hace ya muchos años. Sevilla tiene luz; Sevilla tiene vencejos acharolados y limpios que planean con señorío por encima de los edificios de baja planta; Sevilla es una ciudad alegre y bulliciosa que anima al visitante; y Sevilla es, en fin, un buen sitio para vivir sin demasiado estrés. Pero Sevilla no puede vivir sólo del turismo y de la hostelería, como está sucediendo. El turismo, que aviva la llama de esa efímera riqueza, es mudable como mudables son los gustos del ser humano. Lo de ayer no sirve para hoy y lo de hoy no servirá para mañana. España, también Sevilla, necesita industrias que favorezcan el desarrollo y cree puestos de trabajo que dignifiquen a sus ciudadanos. A nadie se le escapa que el sector primario, que favoreció la creación de azucareras en sus proximidades (La Rinconada, Los Rosales…) se disipó como el humo. Y las empresas aceiteras, ya veremos al paso que llevan. Empresas punteras sevillanas se encuentran en horas bajas (caso de Abengoa) o están en manos extranjeras: la cervecera Cruzcampo pertenece a Heineken; y la empresa de café molido Saimaza, en la actualidad  propiedad de la norteamericana Mondelez Int.,  se marchó de Dos Hermanas por “exceso de capacidad de producción”.  Pero existen otras empresas importantes en la provincia que han echado el cierre: Roca Radiadores, Danone, Puleva, Cargill, Panrico o Flex. Y no se deben olvidar los problemas existentes con General Dynamics-Santa Bárbara y Alestis Aerospace. En resumidas cuentas, la provincia de Sevilla ha perdido con la recesión más del 17% de su cifra de negocio y el 30% de su número de empleos. Menos mal que viendo el lado positivo siempre  quedará la Feria de Abril, la Semana Santa, la romería del Rocío y las franquicias de 100 Montaditos, que tuvo su origen no en Sevilla sino en Islantilla (Huelva) de la mano de José María Fernández Capitán, quien fijándose en el método de los chinos logró desde su chiringuito playero hacer un “todo a 100”  trasladado al campo de la hostelería. Y le salió bien.

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