sábado, 5 de noviembre de 2016

Patatas a la letra impresa




Me fascina a leer a Juan José Millás. Sus artículos me recuerdan mucho a los de Julio Camba. Acabo de leer uno de ellos en El Correo de Zamora, que titula “Exito culinario”, que me ha producido una “lírica melancolía”, al igual que me sucede leyendo al elegante escritor de Villanueva de Arosa. Pues bien, en el artículo de Millás, éste cuenta lo siguiente: “Vino mi hermano pequeño a comer y me enseñó un truco para cocer patatas que consistía en envolverlas en papel de periódico e introducirlas cinco minutos en el microondas. Me olvidé del asunto, porque no hay día en el que no me den una receta para el microondas, pero ayer tuve gente a comer y me dije: Voy a probar. En vez de coger periódicos atrasados, como me recomendó mi hermano, cogí uno del día, con las noticias frescas, y fui envolviendo las patatas una a una. Esta, con las páginas de Economía; esta, con las de Cultura; esta otra, con las de Nacional. El secreto estaba en utilizar varias páginas para una sola patata, porque así se hacían en su jugo. Por una cuestión de carácter (me gusta el humor negro) envolví un par de ellas en las páginas de esquelas. Pensé que era como echar un hueso al cocido”. El caso es que, cuando el microondas dejó de dar vueltas, comprobó estupefacto que la literatura y las fotos de los periódicos se habían plasmado en las pieles de las patatas. Termina contando Millás: “Los titulares aparecían al revés, en espejo, lo que añadía más misterio al fenómeno. Primero pensé en pelarlas, pero luego decidí que no, de manera que las partí en rodajas que rocié con el sofrito improvisado. El éxito de las ‘patatas a la letra impresa’ fue bárbaro. Reservé para mí, por puro morbo, las patatas que había envuelto en las páginas de esquelas”. En fin, me voy a comprar el pan. En seguida vuelvo…

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