sábado, 3 de diciembre de 2016

Morir en diferido




El hecho de que se hayan  encontrado tres granadas de mano tipo tonelete en el término de Zuera (Zaragoza) procedentes de la Guerra Civil pone de manifiesto que todavía, además de cadáveres en las cunetas, podemos morir “en diferido” (palabra que tanto le gusta a la actual ministra de Defensa) si tropezamos con uno de esos artefactos y explosiona. Han pasado ya demasiados años desde la última contienda y no terminan de cerrarse las viejas heridas. Pero, claro, las bombas de mano pueden ser neutralizadas por los expertos. Es cuestión de conectar con el Gedex de la Guardia Civil, que las recoja y que las desactive, como ahora se ha hecho. Lo de los cadáveres en las cunetas es distinto. Hacen falta pico, pala y la dotación económica necesaria para darle sentido a la Ley de la Memoria Histórica impulsada por Rodríguez Zapatero. Pero el Gobierno que preside Mariano Rajoy no está por la labor. De hecho, en 2011 los Presupuestos Generales del Estado dedicaron una partida de 6.253.850 euros al cumplimiento de esa ley, pero con la llegada del PP se cancelaron todas las ayudas. Así, en 2012 hubo una reducción del 60% y un año más tarde las ayudas desaparecieron por completo. Sin embargo, se creó una partida de 300.000 euros para la rehabilitación del faraónico Valle de los Caídos. Todo sea por el turismo. No hay que olvidar que ese monumento, construido por prisioneros de guerra, estuvo a punto de cerrarse en 2009. De hecho, permaneció cerrado al público en diferentes fases en un periodo de tiempo no inferior a los 33 meses, llegando a su cierre total en noviembre de 2010, cuando se mantuvo clausurado tanto al culto católico como al turismo y aquel cierre supuso a Patrimonio Nacional la perdida de más de dos millones de euros  en taquilla. A mi entender, esa barca de Caronte varada en Cuelgamuros, en plena la sierra de Guadarrama, encierra demasiado sufrimiento comprimido y el cadáver de un sátrapa que no murió en la sierra de Pándols junto a los componentes de la Quinta del biberón sino anciano y en la cama de un hospital.

No hay comentarios: