viernes, 23 de diciembre de 2016

Palabras en desuso





Las palabras “busilis” y  “usarced” las utiliza Gustavo Adolfo Bécquer en su leyenda “Maese Pérez el organista”: Vamos mi señora doña Baltasara, créame usarced, y créame con todas veras. Yo sospecho que aquí hay busilis...”. (III, casi al final del capítulo)”. El sustantivo masculino busilis viene del latín in diebus illis (en aquellos días). En lenguaje coloquial (dar en busilis) se utilizaba de manera jocosa y hacía referencia al punto en que estriba la dificultad del asunto de que se trata, o sea, dar en el quid de la cuestión. Cuando las misas se decían en latín (antes del Vaticano II) en el introitus, después del confíteor Deo omnipoténtiIn diebus illis… (En aquellos días…), los que todavía estaban fuera de la iglesia llamaban al resto para que entrase: “Tirad pa'dentro, ya viene el busilis”. También Cervantes, al describir la entrada de Sancho en el gobierno de la Ínsula Barataria, dice: “El traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a toda la gente que el busilis del cuento no sabía, y aún a todos los que lo sabían, que eran muchos, (II, 45). En otro lugar Cervantes asegura, hablando de la cabeza encantada de don Antonio en Barcelona, que “si no eran los dos amigos de don Antonio, ninguna otra persona sabía el busilis del encanto”, (II, 62). La palabra “usarced”, de cortesía y distanciamiento (pronombre personal de segunda persona del singular, que en la oración desempeña la función de sujeto y de complemento con preposición), es un sincopado de vuesarced (vuestra merced). En la escena V de Don Juan Tenorio dice Ciutti: “Esta es la llave / de la puerta del jardín, / que habrá que escalar al fin / pues como usarced ya sabe, / las tapias de ese convento/ no tienen entrada alguna”. La expresión se fue sincopando: vuested y vusted hasta llegar al usted actual.

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