domingo, 22 de enero de 2017

Soníos degollados




Antes de ayer, 20 de enero, se cumplieron ochenta y seis años de la muerte de Antonio Chacón, como bien recuerda Manuel Bohórquez en El Correo de Andalucía: “Aunque nació en Jerez, en la calle Sol, en 1869, se hizo figura del cante en Sevilla, adonde llegó por primera vez en 1885. Según declaró él mismo, el año en el que mataron a El Canario, el cantaor de Álora que fue asesinado por el padre de la Rubia de Málaga, el catalán Lorenzo Colomer Ricard, la noche del 13 de agosto de aquel año, a las puertas de La Nevería de El Chino, local que el Café de El Burrero solía utilizar en verano y que estuvo en el Paseo Colón esquina al puente de Triana, donde hoy está el monumento a Antonio Mairena”. Bohórquez, en su libro “El cartel maldito. Vida y muerte del Canario de Álora” (Pozo Nuevo, 2009) desvelaba datos hasta entonces difuminados a base de rebuscar en legajos, padrones y periódicos de la época. Tras el asesinato de Juan de los Reyes Osuna, El Canario, su imitador, Manuel Reina, El Canario Chico, murió asesinado de dos disparos en la espalda. Todo apuntaba a un asunto de celos. Y Concha La Peñaranda, también presente aquella noche, de un tiro en la cabeza. El Canario tenía 28 años cuando fue asesinado de una puñalada. El arma del crimen se encontró entre unos arbustos próximos y, en el momento de su detención, a Colomer se le intervino una navaja y una pistola. Colomer fue detenido, juzgado y sentenciado a una pena de doce años y un día de reclusión, y a pagar 2.500 pesetas como indemnización a la familia del fallecido. Colomer se benefició de un indulto general con motivo del nacimiento de Alfonso XIII en 1886 y sólo cumplió tres años de prisión. Bohórquez, al referirse a Chacón, señala: “Un hijo de Manuel Cagancho, Antonio, confesó en un diario sevillano que Chacón se iba a Triana en compañía del torero Fuentes y del guitarrista Miguel Borrull para escuchar en la intimidad al gitano herrero, a su padre, Tío Antonio Cagancho, y, sobre todo, al martinetero Juan Pelao. También buscaba a Ramón el Ollero, una especie de catedrático del cante sevillano, con quien luego cantaría en el Café de Silverio. Y a La Serneta, paisana suya aunque afincada en Triana durante algún tiempo, a la que llamaban la Reina de la Soleá, cuyos cantes grabó Chacón”. Al libro de Bohórquez le acompañaba un CD con una recopilación de malagueñas de El Canario en las voces de  Chacón, Niña de los Peines, Sebastián el Pena, Manuel Escaena o Vallejo, y una colaboración especial de Arcángel con la guitarra de Miguel Angel Cortés.

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