sábado, 6 de mayo de 2017

Asuntos escabrosos





En el semanario “El caso”, como sucedió con su rival “La linterna”, estuvo prohibido informar sobre más de un escabroso asunto en el mismo número, que era semanal. Según el Ministerio de Información y Turismo, ello hubiese supuesto crear una innecesaria alarma a la población. Razón por la que, a veces, ocurriendo varios sucesos importantes durante la misma semana, sólo se informaba con pelos y señales de uno de ellos. El resto se dosificaba con “cuentagotas” en las semanas sucesivas. Más o menos lo que viene aconteciendo ahora en los medios informativos. Se dosifican los casos de corrupción política en la creencia de que, cuando aflore el siguiente caso, el ciudadano ya se habrá olvidado del anterior. Otra cosa son los rebozamientos en harina y las tempuras a base de untos de pomadas, o las “políticas de posverdades” (término acuñado por David Roberts) y mentiras emotivas en las que, a la hora de modelar la opinión pública, los hechos objetivos tengan menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, dándoles una importancia secundaria. Mariano Rajoy, el  que dijera aquello de los hilillos con aspecto de plastilina en el desastre del Prestige siendo vicepresidente del Gobierno, no convenció a nadie. Y aquellos hilillos en la proa del barco se convirtieron en una marea negra que incluso provocó daños en el ADN de muchas de las 300.000 personas que acudieron a recoger chapapote. Aquí y ahora parece como si el único asunto escabroso fuese el caso de Venezuela. Cierto que Maduro ha creado una situación política, social y económica insostenible en aquel país americano, pero por aquí las cosas no andan mucho mejor para buena parte de la población, según los últimos datos indicadores de pobreza de Metroscopia. Porque una cosa es llenar la barriga de lo que sea y otra muy distinta saber que el 3’2% de los hogares españoles no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado 3 veces por semana. Y a esos hogares españoles donde cunde la gazuza vaya usted a hablarles de datos macroeconómicos. Posiblemente le linchen a pedradas.

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