lunes, 5 de junio de 2017

Los desterrados hijos de Eva...





Los artículos de José Luis Trasobares en El Periódico de Aragón tienen para mí el mismo respeto que el catecismo del jesuita Gaspar Astete, aquel cuadernillo de mi infancia que lo que decía “iba a misa”. Resulta que los desterrados hijos de Eva estamos hartos de tanta mentira. Señala hoy Trasobares: “La gente sigue muy tensa, muy encabronada. Estamos en fase de recuperación pero de una recuperación que consagra la nueva realidad: tener un trabajo no te resuelve gran cosa porque cobras una mierda. El otro día, la ministra del ramo, tan salorosa (sic) y convincente, afirmaba que ya se han recuperado dos de cada tres puestos de trabajo destruidos por la crisis del 2008. ¡Qué más quisiéramos! En realidad, en términos salariales apenas se ha recuperado medio empleo de aquellos. Solo que esa mitad se la reparten entre dos personas, a setecientos euros per cápita.” Los españoles, según entiende la ministra del ramo, o sea, la ministra Fátima Báñez, da por supuesto que nuestro bienestar se lo debemos a la Virgen del Rocío, cuya imagen asaltaron saltando la verja esta pasada madrugada los hombres de las 60 peonadas y las mujeres de los faralaes, el clavel en el pelo y el Triana vida mía. Báñez supone que vivimos en estado de culpa, que necesitamos de la mortificación, pero que la Blanca Paloma nos librará del cautiverio si seguimos votando al PP, que es el partido que sostiene al Gobierno que crea empleo. Báñez es consciente de que si el primer hombre, es decir, Adán, hubiera conservado el feliz estado de inocencia, ni él, ni sus descendientes habríamos necesitado abrigos para cubrirnos, ni casas para defendernos de la intemperie, ni remedios para curar nuestros males, ni nos habríamos convertido en un saco de miserias, que es lo que somos. Sigue escribiendo Trasobares que “el bueno de Mariano ha estado y está rodeado de cosas raras: administradores y accionistas de sociedades off shore, banqueros fuleros, propietarios en la bendita Suiza de cuentas, depósitos, legados y lingotes de oro, chorizos de alto nivel amnistiados o entalegados, bigotes, conseguidores, empresarios con patente de corso, ministros extravagantes...”. Así no hay manera. Y encima esta sequía africana que todo lo devora.

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