jueves, 13 de julio de 2017

Lo que le dieron a Frasquito




Entiendo que tiene razón Nicolás Salas, en El Correo de Andalucía, cuando afirma que “durante nuestra vida laboral hemos cobrado por nómina y en esta nos han descontado el IRPF. Ahora somos jubilados y todos los ministerios de Hacienda nos vuelven a cobrar el IRPF que ya pagamos en su día. Esto supone una barbaridad administrativa. Una injusticia. Un abuso. Una chulada”. Es decir, que retener el IRPF a las clases pasivas es un “repago”, como sucede con las medicinas con receta. Partiendo de la base de que la paga de jubilación no es un sueldo sino un derecho adquirido por los años de cotización en activo, no debe ser considerado de ninguna de las maneras como un rendimiento del trabajo. ¿Qué trabajo? Aquí, el único trabajo que hacen los jubilados es el de ayudar en la medida de lo posible a sus descendientes en apuros económicos y cuidar a los nietos mientras los padres trabajan por un sueldo en muchas ocasiones miserable. Pues bien, si las pensiones actuales se fueron generando durante la vida laboral, considérense al menos como rendimiento del capital, con una fiscalidad menor. Digámoslo claro, los jubilados estamos atrapados en una estafa piramidal sin visos de solución. Durante la vida laboral se nos hicieron unas importantes retenciones en nómina. Entendimos, sin embargo, que llegado el momento de la jubilación recuperaríamos el montante hasta entonces descontado, en el supuesto de que siguiéramos vivos. Lo único que tenía que suceder, además de seguir vivos, era que trabajasen y cotizasen otros dos ciudadanos por un tiempo no inferior a 35 años.  Día llegará, a este paso, que para tener derecho a cobrar la pensión de jubilación  sea necesario que el beneficiario tenga 70 años de edad  y deba acudir a la Tesorería de la Seguridad Social acompañado de su padre. ¿Que qué le dieron a Frasquito, pregunta usted?  Por retambufa.

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