lunes, 21 de agosto de 2017

Sostiene Santiago Martín





El párroco de Nuestra Señora de los Ángeles, en Madrid, Santiago Martín, sostiene que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, “tiene una parte de la culpa de los sucesos en Barcelona” por no situar bolardos en la entrada de las Ramblas. A mi entender, está cometiendo un delito de injurias injustificable. No se deben hacer tales afirmaciones, menos aún en su homilía del pasado domingo, con la intención de crear un falso estado de opinión entre los feligreses de esa parroquia. De la misma manera, señaló que “están muy bien los agnósticos minutos de silencio y rezar, pero hay que hacer algo más. ¿Por ejemplo? Es cierto que el Gobierno, tras los sucesos de Niza, mandó cartas a los ayuntamientos pidiendo que se pusieran bolardos en las principales arterias de las ciudades. Pero también es cierto que un  alcalde, en este caso la alcaldesa de Barcelona, puede obrar con otro criterio, sabedora de que poner bolardos interrumpiendo la circulación también impediría una rápida actuación de ambulancias y bomberos. Ese párroco, por aquello de ir por atún y ver al duque, aprovechó la homilía para señalar que “cosa parecida podría suceder en la madrileña Puerta del Sol, al estar abarrotada de gente”. Que casualidad que Santiago Martín sólo haga referencia a Madrid y Barcelona, con ayuntamientos gobernados por la izquierda. “Si yo fuera abogado de las víctimas –dijo el párroco en su desacertada perorata- estaría planteando una denuncia contra el Ayuntamiento de Barcelona por cooperación”. Santiago Martín, como cualquier ciudadano, puede presentar las denuncias que estime convenientes en el juzgado de guardia más próximo. ¿Por qué no lo hace? ¿Qué teme? Los “agnósticos minutos de silencio” –como el los llama—sirven para que durante sesenta minutos algunos irresponsables dejen de decir tonterías, como las que dice Santiago Martín desde el altar mayor de su parroquia. Para algunos curas, el “introibo ad altare dei” sólo sirve para intentar apagar un incendio con gasolina. A Santiago Martín se le ha olvidado citar en su homilía para asustar a sietemesinos que Santiago de Compostela, La Coruña, Ferrol, Zaragoza y Cádiz, son todos ellos ayuntamientos democráticos gobernados por movimientos sociales asociados a Podemos. El ecónomo Santiago Martín me recuerda al rancio José Guerra Campos, obispo de Cuenca desde 1973 y uno de los 59 procuradores que el 18 de noviembre de 1976 en las Cortes Españolas votaron en contra de la Ley para la Reforma Política que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento. Un obispo, digo, que siendo auxiliar de Madrid-Alcalá participó en las sesiones del Concilio Vaticano II, con intervención especial sobre el ateismo marxista en la constitución pastoral Gaudium et spes. A Santiago Martín le recomendaría que buscase en las hemerotecas un artículo de Santiago Carrillo titulado “O la libertad o el búnker”. Pero no voy a seguir escribiendo de ese párroco madrileño que confunde el culo con las témporas. No trae cuenta.

No hay comentarios: