martes, 3 de octubre de 2017

El escorpión y la rana





Ahora, como ya no tenemos colonias ultramarinas que defender ni guerras rifeñas a mejor gloria de militares africanistas, nos inventamos pequeñas algarabías en esos “reinos de taifas” que son las Comunidades Autónomas para reafirmar nuestra españolidad. Y los ciudadanos de las otras 16 Comunidades restantes ponen colgaduras con banderas españolas compradas a los chinos y escuchan atentos las opiniones de los contertulios de “La Sexta”, que siempre suelen ser los mismos, con soluciones para todo, como el quitamanchas K2R.  Aquí y ahora ya no se envían tropas de leva a lugares lejanos con uniformes de de mil rayas que soporten la canícula tropical. Contaba Antonio Burgos en un artículo de ABC sobre el traje de mil rayas que  “fue moda que inventó un fabricante catalán de tejidos, a quien, tras la pérdida de Cuba y Filipinas, se le quedaron colgados en los almacenes kilómetros de tela de rayadillo de algodón del uniforme colonial de nuestras tropas. A aquel catalán con el género colgado se le ocurrió dar una salida civil al estocaje de rayadillo militar del Ejército e inventó el traje de mil rayas para el verano. Porque a un traje de mil rayas tú le pones un correaje de trinchas y cartucheras y un sombrero de palma de ala levantada con la escarapela de la bandera de España, y es que te empieza a sonar el ‘Yo te diré’ de Los últimos de Filipinas”. El “Yo te diré” es, por cierto, una habanera de 1945, con letra de Enrique Llovet (que ya había hecho un guión radiofónico sobre el sitio de Baler, en la isla de Luzón) y música de Jorge Halpern, que interpretó Nani Fernández en la película de Antonio Román. Por cierto, se me antoja que “Yo te diré” tiene unos compases de Mendelssohn y otros compases de la  Suite de Jazz nº 2 de Shostakovich. Pero a lo que iba, moreno, hoy Cataluña sufre una huelga política  y Rajoy se reúne con Zoido, ese ministro que pasa más tiempo en Sevilla, donde fue alcalde, que en Madrid, donde se supone que ejerce de ministro del Interior. Pero la posición del Gobierno ante el reto independentista se basa en la “acción-reacción” a medida que se van produciendo nuevos acontecimientos en Cataluña. Pero de nada vale, a mi entender, seguir mandando fuerzas de choque para encrespar más los ánimos. La Política es el arte de lo posible y lo que se impone, a mi entender, es hablar entre las partes en conflicto e intentar llegar a acuerdos. Si hay que aplicar el artículo 155 de la Constitución, ¡adelante con los faroles! Y si Rajoy no sabe cómo gestionar al problema catalán, que se marche de una vez. Un Gobierno que no sabe dialogar y entiende que sólo se puede hacer valer el Estado de derecho con las porras policiales es un Gobierno fallido. Y en mi opinión, quienes componen un  Gobierno de esa naturaleza, son unos cobardes que llevan el franquismo en sus genes.

No hay comentarios: