sábado, 23 de diciembre de 2017

Matar al mensajero





Pues nada, amigo lector, ya he terminado con mi quehacer; es decir, ya he escrito 365 trabajos durante 2017, que es una buena forma de hacer los deberes que me había impuesto para este año que termina. Ahora, como acontece en los conciertos, podrían llegar los “bises” pero ningún lector me los ha solicitado, cosa que agradezco. En consecuencia, los días que quedan de diciembre los pienso dedicar a escuchar música, a hacer crucigramas, a leer y a mirar por la ventana entre visillos. Algunos pasan por la acera de enfrente con cajas de aguinaldo. Noto que cada vez son menos los trabajadores que lo reciben. Mejor, menos que agradecer. Leo que Aznar, a través de un comunicado de FAES le “exige” a Rajoy que le explique qué ha pasado en Cataluña con el PP. Pero Rajoy hace mutis por el foro y achaca esa debacle al subidón de Arrimadas, es decir, de Ciudadanos. El partido que sustenta al Gobierno central no tendrá ni grupo propio en el Parlament y deberá sentarse junto a los diputados de la CUP. Tiene gracia la cosa. Ambos partidos han recibido el carbón por anticipado de los Reyes Magos. Hoy cuenta Gonzalo Adán en El Español que “los pronósticos de participación en las elecciones autonómicas siempre parecían apuntar a que habría un vuelco electoral si más catalanes acudían a votar. Se repetía que un aumento de participación perjudicaría al independentismo y podría incluso dar la victoria a la suma de Ciudadanos, PP y PSC”. ¡Ja, ja, qué risa! Ha quedado claro que el exalcalde de Badalona, Xavier García Albiol, no era el candidato ideal. Y ahora, el PP manifiesta su monumental  cabreo dando patadas en el trasero de Bieito Rubido, director de ABC, al presentar una denuncia ante la Junta Electoral considerando que la entrevista a  Inés Arrimadas, que se publicó en ese medio el día de la jornada de reflexión, vulneró la prohibición de hacer propaganda electoral el día antes de las elecciones. Pues nada, hay que matar al mensajero.

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