martes, 16 de enero de 2018

Una anécdota palaciega





Pedro Agustín Girón y Aragón (1835-1910) fue hijo de fundador de la Guardia Civil, Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada y V marqués de las Amarillas. El Ducado de Ahumada se había creado  en 1836 a favor de Pedro Agustín Girón y de las Casas, IV marqués de las Amarillas. Francisco Javier Girón y Ezpeleta recibió el encargo de fundar la Guardia Civil tras un real decreto de 28 de marzo de 1844 firmado por Narváez tras el muy reciente cese de Luis González Brabo, verdadero impulsor del Benemérito Cuerpo. Parece ser, y así lo describe Natalio Rivas en la séptima parte de su “Anecdotario”, que Pedro Agustín era muy travieso y malhablado por gustar estar cerca de galopines, cocheros y lacayos. Y ello llegó a oídos de Isabel II, que quiso conocerle. Señala Natalio Rivas: “Ahumada, me han dicho que tienes un hijo, guapo, gracioso, despierto, que con el trato de la baja servidumbre de tu casa ha aprendido frases que en personas con uso de razón no es lícito oírlas, pero que dichas  por un niño carente de de toda malicia resultan cosa divertida. Quiero que me lo traigas, y no te niegues, porque si resistes mi ruego te lo ordenaré, y me tendrás que obedecer”. Se señaló día para la audiencia con el muchacho. Vistieron al niño con las mejores galas y el duque amenazó con azotarle si no se comportaba bebidamente. Llegado el día señalado, fueron recibidos padre e hijo por la reina, que estaba acompañada de su marido Francisco de Asís. A la reina le produjo el niño una excelente impresión. Le hacía preguntas y el hijo del duque respondía con educación y respeto. Hasta que, en un momento dado, el consorte de la reina, que hasta entonces había permanecido callado, le preguntó al muchacho: “¿Cómo te llamas”? Y el niño, sorprendido por el tono de voz del consorte, no pudo reprimir acercarse a su padre y decirle por lo bajo: “Papá, que voz de marica tiene este tío...”. La reina rompió a reír y le besó con cariño. No sabemos si, ya en casa, el niño recibió algún tipo de castigo. Termina diciendo Natalio Rivas que “este niño tan salado, corriendo los años, heredó el ducado a la muerte de su padre, fue militar y juntamente con Fernando O’Lawlor sirvieron como ayudantes de campo del general O’Donnell, y al morir éste pasaron con el mismo cargo a las órdenes del general Serrano, hasta que éste falleció”. Llegó a coronel de Caballería y se casó con  Isabel Cristina Messía y de Queralt. No tuvo descendencia.  Falleció en Madrid a los 75 años.

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