Esto sí que es bueno. Ahora resulta que, según leo
en ABC, unos científicos japoneses afirman que un ingrediente contenido en las
patatas fritas de Mc Donald’s puede curar la calvicie. Que yo sepa, la
alopecia es una enfermedad por la cual se produce una rarefacción del cuero
cabelludo que produce calvicie. Pero las causas pueden ser de tipo hormonal o
genético. Pues bien, sin entrar en consideraciones, parece ser que el secreto
está en el consumo de dimetilpolisiloxano, un
derivado de la silicona que se utiliza para que el aceite de girasol no produzca espuma,
aditivo que se disfraza con las siglas E-900 y que se utiliza en mermeladas, zumo
de frutas, aceites, licores… Sería larga la lista. Una marca muy conocida de
aceite de girasol (prefiero evitar señalar marcas comerciales) añade al aceite
además de E-900, E-304 (palmitato ascorbilo) como antioxidante que evita que se enrancie y E-306
(tocoferol concentrado) que es otro antioxidante. Y otra marca también muy
conocida añade, además de lo anteriormente citado, E-310, galato de propilo,
que al degradarse en el intestino produce propanol y ácido gálico, al que se
relaciona con la superactividad en niños. Pero aquí no pasa nada. La lista permitida
de colorantes (E100-181); conservantes
(E200-290); ácidos, antioxidantes y sales minerales (E296-385); gomas
vegetales, emulsificantes, estabilizadores, etc., (E400-495); sales minerales y
agentes anti apelmazantes (E500-579); potenciadores del sabor (E620-637); y miscelánea (E-900-1520), es decir, bromuro de
potasio, parafina, peróxido de benzoilo, etcétera, es tremenda y pone los pelos
de punta, los que todavía conservamos y los que hemos evitado que se nos caigan
a fuer de comer patatas fritas en el fast
food de la esquina. Eso sí, deberemos fijarnos en el cartel de la entrada,
que ponga Mc Donald’s, no vaya a ser
que nos equivoquemos, entremos en un burger
de otra cadena de comida rápida y salgamos con el pelo rojo y gualda, las cejas
de color añil y las pestañas de color maleta de viajante al detall, como
aquellas que portaban los viajantes de ropa interior, imitación de Calvin Klein, que se hospedaban en las
fondas de las estaciones de ferrocarril.
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